Londres. El gobierno británico insistió el jueves en que mantendrá su política de restricciones locales, en lugar de un nuevo confinamiento nacional a la imagen de otros países europeos, pese a la creciente presión tras la publicación de un alarmante informe.
"Continuaremos con nuestro enfoque localizado pero proporcionado de tomar medidas donde el virus es más fuerte", dijo a Sky News el ministro de Comunidades Locales, Robert Jenrick.
Y lo justificó afirmando que "pese a que el virus está aumentando en todo el país, está muy concentrado en algunos lugares".
El norte de Inglaterra es la zona más afectada: ciudades con Liverpool y Manchester están bajo las mayores restricciones, con bares y pubs cerrados.
Sin embargo, un estudio publicado el jueves por el Imperial College London e Ipsos Mori lanzó la alerta sobre la rápida propagación del virus más al sur, que podría rápidamente encontrarse en el mismo nivel.
Ante el aumento de casos, zonas del centro de Inglaterra como la ciudad de Oxford pasarán el sábado al nivel de alerta 2 en una escala de tres, lo que impedirá a sus habitantes encontrarse en lugares cerrados con familiares y amigos con quienes no convivan.
Según dicho estudio, los casos se duplican cada nueve días. Entre el 16 y el 25 de octubre, 128 de cada 10 mil habitantes de Inglaterra se infectaron de coronavirus, frente a 60 por 10 mil anteriormente.
La tasa de reproducción, o número R, subió a 1.6 a nivel nacional: en promedio 10 infectados contagian a otras 16. Pero en Londres, donde la situación era hasta hace poco moderada, esta se disparó a 2.86.
"Nivelación" nacional
El Reino Unido "aparentemente ha sido capaz de frenar la propagación en algunas partes del norte del país mediante una acción local muy eficaz", reconoció el enviado especial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), David Nabarro, en declaraciones a BBC Radio 4.
Pero esto "ha llevado a una especie de nivelación y parece que las partes del sur del Reino Unido se están acelerando", precisó.
El país registró el miércoles 310 fallecimientos confirmados por Covid-19.
Era el segundo día consecutivo con más de 300 muertes, lo que lo que aumentó la presión sobre el gobierno conservador para que siga el ejemplo de la vecina Francia, donde el presidente Emmanuel Macron decretó la víspera un segundo confinamiento nacional de un mes para intentar retomar el control del virus.
El primer ministro británico Boris Johnson rechaza esta opción debido al devastador impacto que tendría en una economía ya muy golpeada por el primero confinamiento. El Fondo Monetario Internacional afirmó el jueves prever una contracción del PIB británico de 10.4% en 2020.
Pero el periódico The Sun asegura que los científicos que asesoran al gobierno piden regulaciones más estrictas y el opositor Partido Laborista lleva días presionando al ejecutivo para que paralice la actividad durante dos o tres semanas para "romper el circuito" de infecciones.
En opinión de Nabarro, "el gobierno británico como otros gobiernos en Europa (...) va a tener que pensar (...) si opta por un reposicionamiento a nivel nacional como ha sucedido en Francia, Alemania e Irlanda".
La canciller alemana Angela Merkel anunció el miércoles medidas drásticas como el cierre por un mes de restaurantes y locales de ocio.
Y desde hace una semana los cinco millones de irlandeses deben permanecer en sus casas y sólo pueden salir para trabajar o hacer ejercicio.
El Reino Unido es el país más castigado de Europa, con más de 45 mil muertes confirmadas por Covid-19.
Cada una de las cuatro naciones que lo forman decide sus políticas contra la pandemia y los más de tres millones de habitantes de Gales ya se encuentran actualmente reconfinados por su gobierno regional.
En este contexto, el periódico conservador Daily Telegraph llamó el jueves a Johnson a resistir: "¡No lo hagas Boris!", escribió en primera plana.
Dando un poco de esperanza, el diario Times informó que el gobierno confía en que una vacuna alemana elaborada por Pfizer esté lista para empezar a distribuirla antes de Navidad.