Ciudad de México. El modelo de desarrollo desplegado entre 1980 y 2016 abultó la desigualdad en el mundo. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en ese periodo el 1 por ciento más rico de la población mundial aumentó sus ingresos de manera constante en la mayoría de los países y capturó el 27 por ciento del crecimiento acumulado total, mientras que 50 por ciento más pobre percibió sólo 12 por ciento.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo, recalcó que esa inercia sumada a la crisis derivada de la pandemia de Covid-19 y que evidencia una “crisis del modelo de desarrollo” implicarán una década perdida para América Latina y el Caribe, dado que más allá de la caída de 9.1 por ciento en la actividad económica se verá una de 9.9 por ciento en el ingreso por habitante, es decir, que este último regresará a niveles de 2010.
Al presentar Construir un nuevo futuro, documento guía del 38 Período de Sesiones de la Cepal, Bárcena recalcó que la recuperación propuesta va sobre un modelo donde se atiendan tres crisis estructurales de la región: la económica, dadas las tasas de crecimiento hasta ahora registradas; la social, debido a la persistencia de desigualdad; y la ambiental, con casi un millón de especies en proceso de extinción.
#CEPAL llama a construir un nuevo futuro en América Latina y el Caribe mediante una recuperación transformadora con #igualdad y #sostenibilidad. En #PSEScepal2020, la Comisión dio a conocer su propuesta de desarrollo para los países de la región. Lee más 👉https://t.co/OJQqGBnH7s pic.twitter.com/Kn2DSY9KA4
— CEPAL (@cepal_onu) October 27, 2020
Detalló que se necesita un crecimiento promedio de 4 por ciento en la región y transferir una línea de pobreza del decil más rico al más pobre para ir reduciendo las brechas. Al hacer este traspaso por 1.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2021 e irlo aumentando 0.5 anual hasta que llegue a 3 por ciento en 2024 se terminaría con la pobreza extrema en la región y al extenderlo así hasta 2030 se acabaría con la pobreza, aseguró.
A su vez, destacó como necesario que la región transforme su estructura productiva para aumentar exportaciones con un valor agregado, como lo hacen las economías asiáticas; ya que la inercia en América Latina es importar más cuando crece, en lugar de aumentar sus ventas a otras economías.
También manifestó que es necesaria mayor justicia ambiental, dado que mientras las economías desarrolladas consumen el presupuesto de carbono que hay en los acuerdos internacionales, se mantienen las brechas frente a los países en desarrollo. América Latina emite 8.3 por ciento de las emisiones de efecto invernadero y en el Caribe cuenta con una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático, explicó.
Además de reforzar la integración regional, apuntó como necesario que la región apueste por una política fiscal expansiva, es decir, con mayor gasto, que aumente la recaudación con un criterio de progresividad, “el más rico tiene que pagar más a la renta y el patrimonio”, que combata la evasión y elusión fiscal y revise el gasto tributario con énfasis en la economía digital y la fiscalidad ambiental.