Ciudad de México. Ante un mayor nerviosismo en los mercados internacionales por factores de salud y políticos, el peso y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerraron la primera sesión de la semana con números negativos.
De acuerdo con el Banco de México, el tipo de cambio interbancario cerró la jornada del lunes con una depreciación de 0.47 por ciento o 10 centavos al cotizar en 20.97 pesos por dólar.
En tanto, la BMV terminó con una pérdida de 1.19 por ciento luego de que su principal indicador, el S&P/BMV IPC, se colocara en 38 mil 245.86 puntos, lo que equivale a una pérdida en el acumulado del año de 12.16 por ciento.
Desde su punto mínimo alcanzado el 3 de abril, este índice se ha recuperado en 17.67 por ciento.
Al interior, se observaron pérdidas en 26 de las 35 emisoras, lideradas por Gruma (3.66 por ciento), los grupos aeroportuarios GAP (3.77) y OMA (3.65), Alfa (3.32%), Grupo México (2.72%) y Cemex (2.08 por ciento).
Analistas explicaron que estas pérdidas se dieron ante el nerviosismo que provocó el avance de una segunda ola de la pandemia de Covid-19.
A nivel global, se registraron 325 mil 300 casos nuevos de coronavirus, siendo el país con mayor número de casos nuevos Estados Unidos (37 mil 270 casos en las últimas 24 horas). En Europa, destacaron países como Francia (26 mil 771), Reino Unido (20 mil 890), Suiza (17 mil 440), España (17 mil 396), Italia (17 mil 12) y Alemania (11 mil 824).
“El avance de la segunda ola de coronavirus ha generado nerviosismo en las últimas semanas, pues algunos gobiernos han comenzado a implementar medidas más rigurosas de distanciamiento social, lo que ha empezado a generar la expectativa de que se tenga que recurrir a un segundo confinamiento y suspensiones de actividades económicas, lo que generaría una recesión prolongada”, dijo Gabriela Siller economista en jefe de Banco Base.
Otro factor, explicó, es que a una semana de las elecciones, las tensiones políticas entre republicanos y demócratas han comenzado a generar la expectativa de que sus diferencias puedan extenderse más allá de las elecciones.
“La victoria de cualquier candidato, pero con un Congreso dividido podría seguir generando problemas para la aprobación de nuevos estímulos, lo cual generaría un retraso en la recuperación económica de Estados Unidos”, resaltó la especialista.