Madrid. El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, aprobó en un Consejo de Ministros extraordinario la declaración del “estado de alarma”, con el que se impone el “toque de queda” en todo el territorio español y con la pretensión de que se mantenga hasta el próximo 9 de mayo.
Los contagios por el virus del Covid-19 -que ya superan el millón- y la situación al borde del colapso de los hospitales de todo el país, precipitaron el anuncio de la medida, que será regulada por cada comunidad autónoma.
Ante la situación de descontrol del virus y del contagio comunitario en prácticamente todo el país, con la excepción de las Islas Canarias, el Ejecutivo español finalmente reaccionó, después de tres semanas de titubeos, y decidió aprobar un “estado de alarma” nacional, que entra en vigor hoy y con el que todas las comunidades autónomas tienen la cobertura legal para aprobar medidas de excepción, como el “toque de queda”, que impide a la población salir de sus casas después de las doce de la noche y hasta las seis de la madrugada.
Sobre todo se intenta evitar que se sigan propagando los contagios en las fiestas nocturnas, los bares y los encuentros improvisados por la noche, en los que, en parte por la ingesta de alcohol, se suelen relajar las medidas de autoprotección.
El decreto del gobierno español sólo tendrá una validez de quince días. Transcurrido ese plazo el Ejecutivo tendrá que acudir al Parlamento español para lograr una prórroga que, como anunció Sánchez, pretende que sea hasta el próximo 9 de mayo, una medida nunca antes aprobada desde la restauración a la democracia.
Las autoridades autonómicas serán las responsables de hacer cumplir las medidas del toque de queda, entre las que además de la restricción de los movimientos nocturnos también se autorizaron confinamientos perimetrales en barrios con altos índices de contagios, en ciudades o en el conjunto de la región, además de limitar o prohibir los viajes entre comunidades autónomas