San Cristóbal de Las Casas, Chis., La organización Sociedad Civil Las abejas de Acteal, afirmó que “varios pueblos y comunidades organizados en el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y agrupaciones sociales independientes, están siendo atacados y golpeados, violentando sus derechos a la libre determinación y autonomía por defender su tierra y territorios”.
En un comunicado agregó que “es urgente” que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador “cancele sus planes de construcción de megaproyectos en territorios de los pueblos”, como el Proyecto Integral Morelos (PIM) que “no es un proyecto de desarrollo, sino de muerte que el canal Transístmico y el mal llamado Tren Maya”.
La agrupación, a la que pertenecían los 45 indígenas masacrados el 22 de diciembre de 1997 en Acteal, expresó su solidaridad a la comunidad Otomí residente en la Ciudad de México, que “desde el 12 de octubre, en el marco de los 528 Años de Resistencia y Rebeldía de los pueblos originarios, tomó las oficinas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) para exigir vivienda digna y respeto a sus derechos como pueblos”.
Agregó: “Saludamos la digna lucha de nuestras hermanas y hermanos y pedimos que sean respetados y escuchados por el director del INPI y que el gobierno no recurra a la violencia y la represión, como lo hizo con el pueblo maya tzeltal de Chilón, Chiapas, en vez de entablar un diálogo verdadero y digno”.
Del mismo modo, abundó, “nos hacemos parte de la campaña de difusión convocada por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala”.
Las Abejas manifestó que “sólo invocando la memoria de cómo hemos luchado, resistido y sufrido, podemos sostenernos para seguir enfrentando la muerte que están preparando para nosotros (…) aquí, donde los paramilitares de gobiernos criminales sirvientes del capitalismo y de la muerte masacraron a nuestras 45 hermanas y hermanos más los 4 bebés, nunca se cansarán de denunciar nuestras palabras que nos quisieron exterminar. Cada día 22 del mes, con cada sol y cada luna que se suceden, como un acto de dignidad y de justicia, recordaremos siempre esa masacre”.
Subrayó: “Nos ha quedado claro que un pueblo con memoria es un pueblo al que no se le puede engañar y mucho menos callar en tiempos de violencia, de represiones y de imposiciones de megaproyectos disfrazados de ‘desarrollos’ y ‘de progreso’”.