San Salvador Atenco, Méx. Integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco comenzaron a romper los bordos del cauce del río Xalapango para inundar parte los terrenos donde se construyó la autopista Pirámides-Texcoco, que conformaba parte de la infraestructura del cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), y así devolverle su vocación hídrica a la zona.
El río Xalapango, que nace en la parte alta de Texcoco y desembocaba a la laguna Xalapango, parte del ex lago de Texcoco, fue bordeado hace unos años por autoridades federales como parte de las obras anexas del proyecto aeroportuario.
La mañana de este jueves, un grupo de campesinos de San Salvador Atenco acudieron al punto de intersección del río Xalapango, en el paraje Las Salinas, donde se une con los ejidos de Atenco, Francisco I. Madero y Tocuila, y donde atraviesa la construcción de la autopista Pirámides-Texcoco, a unos metros de la barda perimetral que se edificó del cancelado NAICM.
Los integrantes del FPDT utilizando palas, picos y machetes excavaron e hicieron un boquete a uno de los bordos del río, para que su cauce saliera hacia sus tierras.
“El rio Xalapango viene de la parte alta de Texcoco de la montaña y confluía a la zona de la laguna lo que llamábamos el desparramadero donde habitaban miles de aves migratorias y locales, pero en su momento el gobierno federal, a través de la Conagua, bordeó ese rio para hacer el proyecto aeroportuario y mandarlo al canal conector.
“Lo que estamos haciendo es desbordar ese río porque es importante preservar los cuerpos de agua para el proceso hídrico que guardan nuestras tierras. Esas aguas tienen que regresar nuevamente a la vocación que era dar la regulación al vaso de Texcoco”, dijo César del Valle Ramírez, uno de los dirigentes del FPDT
Tras varias horas de labor, el agua comenzó a inundar parte de sus ejidos, justo en el puente que fue construido de la autopista Pirámides-Texcoco, a un costado de la barda perimetral.
Los campesinos también realizaron pintas sobre un tramo de la autopista para exigir al gobierno federal la restitución de dos mil hectáreas que les fueron despojadas para el proyecto aeroportuario, se desmantele dicha carretera y se retome su propuesta “Manos a la Cuenca” de rescate y conservación ecológica del ex lago de Texcoco.
Cumple 19 años la resistencia atenquense
Los trabajos para desbordar el río Xalapango, se llevaron a cabo al conmemorarse 19 años del surgimiento de la resistencia campesina de Atenco.
El lunes 22 de octubre de 2001, durante la gestión de Vicente Fox, la vida de los pueblos de San Salvador Atenco cambió su rumbo. De la noche a la mañana, se había convertido en realidad lo que para los campesinos y habitantes, hasta ese entonces, sólo era un rumor.
En el Diario Oficial de la Federación se publicaban 19 decretos de expropiación por una superficie total de cinco mil 384 hectáreas de 13 ejidos de los municipios de Atenco, Texcoco y Chimalhuacán en el estado de México para el proyecto de construcción del NAICM
En San Salvador Atenco un pueblo hasta ese entonces tranquilo, con tradiciones ancestrales, con habitantes que eventualmente participaban en organizaciones y simpatizaban con movimientos sociales, pero con una historia de gobiernos priístas, se gestó el movimiento de lucha campesina más importante en el país, en los últimos años. Enarbolaron sus machetes y portando todo objeto con que defenderse, lucharon por defender sus tierras con el lema: "Tierras sí, aviones no. No al aeropuerto y La tierra no se vende".
Los campesinos se organizaron, hicieron plantones, marchas, bloqueos, protestas e innumerables retenciones de funcionarios solo con el objetivo de echar abajo el proyecto aeroportuario.
El 11 de julio del 2002, los campesinos fueron reprimidos por las fuerzas estatales cuando les impidieron el paso para llegar hasta Teotihuacán, en donde habrían de increpar al entonces gobernador mexiquense, Arturo Montiel. Catorce días después de la represión y como consecuencia de los golpes policiacos falleció José Enrique Espinoza.
Tras la muerte del campesino y oposición de la resistencia, la tarde del jueves primero de agosto de 2002, el gobierno federal determinó enterrar el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco. Daba marcha atrás al proyecto económico más importante del sexenio.
En 2006, en San Salvador Atenco ocurrió uno de los sucesos más graves sobre violaciones a los derechos humanos en el país. El 3 de mayo de ese año la lucha por los espacios para la venta en vía pública, frente al mercado municipal, Belisario Domínguez en Texcoco, fue la detonante para que el gobierno del estado de México, entonces al mando de Enrique Peña Nieto, montara una estrategia, en complicidad con el ayuntamiento perredista, para vengarse del movimiento atenquense que años atrás había echado abajo uno de los mayores proyectos económicos del país, el de la construcción del nuevo aeropuerto.
Ese día, los miembros del FPDT fueron reprimidos y se atrincheraron durante nueve horas en una vivienda, de donde fueron sacados a la fuerza y detenidos el dirigente Ignacio del Valle Medina. Al mismo tiempo y en respuesta a la acción policíaca, los pobladores de Atenco bloquearon la carretera y la policía los enfrentó deteniendo a decenas de ellos. Ese 3 de mayo, durante el enfrentamiento, el joven de 14 años, Francisco Javier Cortés Santiago cayó asesinado por un disparo de arma de fuego, proveniente de las armas de los policías.
La madrugada del 4 de mayo, la acción policiaca continuó contra el pueblo de Atenco y miles de policías incursionaron en la comunidad. Utilizando gases lacrimógenos, catearon casas, detuvieron a cientos de ejidatarios y en el traslado hubo abuso sexual hacia decenas de mujeres. 11 llevaron el caso a instancias internacionales.
En la refriega fue herido el estudiante de la UNAM, Ollín Alexis Benhumea Ramírez, quien fue impactado por uno de los proyectiles de gas lacrimógeno, lanzados por la policía y quién 34 días después murió.
El dirigente, Ignacio del Valle Medina, fue encarcelado en el Penal de Máxima Seguridad del Altiplano y condenado a 112 años de prisión, quien a la postre lograra su liberación años después. Al igual que más de 200 campesinos que fueron recluidos en el penal de Santiaguito.
En septiembre de 2014, los campesinos emprendieron de nueva cuenta su resistencia ahora contra el proyecto aeroportuario anunciado por el expresidente, Enrique Peña Nieto, edificación que quedó cancelada con el arribo al poder del mandatario Andrés Manuel López Obrador.