Ciudad de México. La figura del “muerto viviente” fue uno de los motivos al inicio del proyecto que dio pie a El círculo que faltaba, exposición colectiva de 24 artistas y grupos artísticos, curada por Magalí Arriola, programada originalmente para marzo pasado, que será inaugurada el sábado 24 en el Museo Amparo, en Puebla, que reabrió sus puertas el 1 de octubre.
Actual directora del Museo Tamayo, Arriola comenzó el proyecto mientras fue curadora principal para América Latina, de 2016 a 2019, de la organización no lucrativa KADIST. Para el proyecto que pretende abarcar problemáticas de la región latinoamericana, Arriola optó por trabajar elementos que, a su parecer, “todos compartíamos en términos históricos y políticos, más que a nivel cultural”. La muestra se lleva a cabo en colaboración con el Museo de Arte Moderno de Medellín, donde se exhibió primero, y KADIST, que tiene sedes en París, Francia, y San Francisco, Estados Unidos.
A partir de varios viajes de investigación a Chile y Argentina, “poco después de la desaparición de los 43 normalistas en Ayotzinapa”, le pareció que una de las cosas que tenemos en común como región era esta historia de violencia, en que los muertos juegan un papel relevante como motor político en el mundo de los vivos”.
Investigar el origen de la figura del “muerto viviente” la remontó en la historia hasta llegar a la revolución haitiana (1791-1804), ya que Haití es cuna de este fenómeno, y el estudio de la esclavitud en el continente. Para Ramiro Martínez, director del Museo Amparo, la pieza de la argentina Carla Zaccagnini, De Sino a Sina, es “una buena introducción al proyecto”, ya que versa sobre un personaje histórico de Brasil llamado Zumbi --en portugués significa zombi-- , que fue uno de los pioneros en la resistencia a la esclavitud de africanos por parte de los portugueses en Brasil.
La obra de Zaccagnini fue una de las tres comisiones planteadas dentro de la estructura del proyecto original, y fue expuesta en 2018 en el Museo El Eco. Las otras dos comisiones correspondieron al guatemalteco Naufus Ramírez Figueroa y el binomio Rometti Costales, integrado por la francesa Julia Rometti y el belaruso Víctor Costales. Mientras que la exposición está enfocada en América Latina, no todos los artistas provienen de allí. Arriola incluyó obras de estadunidenses y europeos que realizaron obras en América Latina en referencia a situaciones regionales.
Algo que la curadora ha evitado es “la representación gráfica de la violencia como tal”, entonces “todo opera mucho más a un nivel metafórico. Las piezas en un 90 por ciento son más bien referencias alegóricas” a los conflictos.
Los demás expositores son: Pável Aguilar, Carlos Amorales, Jonathas de Andrade, Edgardo Aragón, Fredi Casco, Sam Durant, León Ferrari, Joscelyn Gardner, Beatriz González, Pierre Huyghe, Guillermo Kuitca, Cristóbal Lehyt, Jesse Lerner, Alfredo López Morales, Teresa Margolles, Noé Martínez, Cildo Meireles, Movimiento Arte y Cultura, Eustáquio Neves, Nohemí Pérez y Antonio Reynoso.
El título de la exposición fue tomado del texto, Negación del olvido, de Julio Cortázar escrito en 1981, y presentado en un coloquio en París sobre desaparecidos políticos.
La exposición El círculo que faltaba permanecerá hasta el 8 de febrero de 2021 en el Museo Amparo, 2 Sur 708, Centro Histórico, Puebla.