El general Lázaro Cárdenas fue el consumador de los ideales de la Revolución Mexicano quien fue capaz de concebir un proyecto de país y de instituciones destinadas a procurar el bienestar social, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la ceremonia luctuosa por el 50 aniversario del fallecimiento del general. “La obra de gobierno dejó una herencia tan sólida que hasta la camarilla neoliberal y oligárquica no pudo destruirla en cuatro décadas que permaneció en el poder”.
Al pie del Monumento a la Revolución, la efeméride propició que López Obrador se encontrará con Cuauhtémoc Cárdenas para evocar la figura de Lázaro Cárdenas. En su oportunidad, el hijo del general dijo que honrar la memoria del general más allá de la lisonja del discurso se debe “retomar con firmeza y entusiasmo sus causas, el rescate pleno de la soberanía nacional, romper la cadena de dependencia política y económica”.
Con la presencia del gabinete, el ingeniero destacó que el general tenía “tenía clara conciencia de sus capacidades y sus limitaciones propias. Confió en los criterios de muchos otros para acar adelante los compromisos y problemas del país. Nunca dudó innecesariamente de los demás a menos que hubiesen razones; armó equipos de trabajo. Fijó las pautas a segyir y forjó una sana convivencia social”.
En su discurso, López Obrador refirió a Cárdenas como uno de los grandes referentes de su gobierno por su legado como forjador de instituciones y por consolidar aspectos sociales de la revolución mexicana. “La diferencia principal entre Cárdenas y lideres revolucionarios que se repartieron el poder entre 1917 y 1934 reside en que el general Cárdenas fue capaz de concebir proyecto de país y de estado con instituciones dedicadas a procurar el bienestar dela población. Fue un estadista con dimensión social”
El mandatario aseveró que Cárdenas escuchaba a la ciudadanía, convivía con los humildes y desposeídos y no permitió que el cargo lo separara de la gente común. Fue el presidente, dijo, que más amor ha profesado al pueblo.
“El divisionario de Jiquilpan, fue el más importante consumador de la revolución mexicana, la tercera gran transformación en la historia del país, por eso la cuarta transformación lo asume como fuente de inspiración y ejemplo a seguir.”.
A casi 90 años de inicio de la presidencia cardenista, añadió López Obrador, mientras México y el mundo han experimentado profundos cambios, “hay principios éticos del cardenismo que distan de ser anacronicos. Por el contrario resultan particularmente vigentes y necesarios para quienes erstmos empeñados en construir un país que no excluya a nadie”.
En su oportunidad, Cuauhtémoc Cárdenas hizo un apretado resumen de los cambios propiciados durante el gobierno cardenista: “Tuvo la convicción de que la revolución mexicana tenía principios avanzados comaptiles con principios del socialismo en su ulterior desarrollo” Pero antes debían cumplirse objetivos y dar satisfacción ante el pueblo los compromiso de revolución. “Imagino un México con respeto a la gente, libertades ciudadanas, amplia intervención del estado en la economía para crecimiento y distribución equitativa capital y trabajo, mercados con equidad, consumación de reforma agraria.
Cárdenas, agregó el ingeniero, “fue un militar civilista. Activo en luchas populares emancipadoras de su tiempo”, coincidente con las posturas más avanzadas, fomentó unidad de obreros y campesinos, buscó la forma de fortalecerlos en reivindicaciones sociales. Condenó con fuerza el crimen de Rubén Jaramillo, se empeño en la liberación de presos ferrocarrileros y los presos políticos del 68”.