Nueva York. Donald Trump, ante indicadores de que perderá la elección, se vuelve más histérico; ahora insultó al máximo experto del gobierno sobre la pandemia y la figura más confiada ante esa crisis en el país mientras que sus estrategas y algunos aliados expresan alarma por su destino frente a la cita con las urnas en 15 días.
El presidente, en un a teleconferencia con sus asesores de campaña, afirmó que el doctor Anthony Fauci, director del Institución Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas -o sea, el principal experto del gobierno en esta pandemia- es “un desastre” y agregó que “la gente está harta de escuchar a Fauci y estos idiotas, todos estos idiotas que se equivocaron”.
Más tarde, con periodistas, se quejó que Fauci aparecía demasiado en la televisión, y también criticó a los medios por enfocarse demasiado en la pandemia, incluso hasta insultó a CNN por ello.
Todo esto en momentos cuando Estados Unidos está padeciendo un rebrote con incrementos en el promedio semanal de casos registrados en 48 de los 50 estados y con niveles no vistos desde junio. Estados Unidos sigue en el primer lugar en el mundo en casos totales, más de 8 millones, y muertes con casi 220 mil. Y la crisis económica tiene dimensiones sin precedente desde la Gran Depresión.
No es la primera vez que Trump pretende saber más que los expertos, pero políticamente lo más urgente para él es desviar la atención sobre su manejo irresponsable de la pandemia, su flanco más vulnerable en esta elección.
Y por supuesto, eso continuó siendo el enfoque del ataque político de Biden, quien hoy declaró que los estadunidenses “están hartos de tus mentiras sobre el virus”. Mientras tanto, Bien continúa con su estrategia de dejar que el presidente se siga autodestruyendo como candidato.
Trump parece salirse del guión cada vez más. Esta tarde en un mitin de campaña en Arizona declaró que si necesitara más fondos para su campaña sólo tendría que hablarle a un ejecutivo petrolero como el de Exxon, y si necesitan algo como permisos, les diría que le encantaría si enviara 25 millones de dólares para la campaña.
Pero vender favores políticos a cambio de donaciones para una campaña es ilegal. De hecho, poco después, ExxonMobil se vio obligado a enviar un comunicado por tuit declarando que tal llamada hipotética “nunca ocurrió”.
Las tendencias de intención del voto continúan otorgando una ventaja de 11 puntos al demócrata Biden a nivel nacional, con márgenes más reducidos pero aún significativos en estados que serán claves en determinar el resultado, incluyendo Florida, Pennsylvania, Wisconsin, Michigan y Arizona.
“No estoy haciendo campaña con temor. Pienso que estoy haciendo campaña con ira. Haciendo campaña contento porque hemos hecho una gran labor”, comentó a periodistas en su cada vez más usual incoherencia en Arizona al responder a los sondeos en su contra.
Aunque en público mantienen su confianza en la victoria, estrategas de la campaña de reelección del presidente están expresando cada vez más alarma por el pronóstico adverso para su candidato, con algunos de hecho ya explorando empleos en un mundo pos-Trump, reporta en su primera plana el New York Times.
Mientras tanto, sus problemas personales ahora son asuntos de estado. El Departamento de Justicia, buscando descarrilar una demanda por difamación contra el presidente presentada por la escritora E. Jean Carroll, quien lo acusó de violación sexual hace dos décadas en una tienda departamental, argumentó que aunque ese incidente ocurrió mucho antes de que Trump fuera presidente, su declaración negando la acusación fue un acto oficial porque lo dijo en respuesta a preguntas de reporteros en su capacidad de presidente. La maniobra, según expertos legales, busca descarrilar la demanda usando una ley que escuda a oficiales federales de demandas por difamación.
Mientras tanto, la campaña de Trump está usando no sólo un par de himnos pop de la comunidad gay de hace tres décadas ("YMCA" y "Macho Man" de The Village People) sino ahora la famosa rola de Credence Clearwater Revival, "Hijo afortunado" ("Fortunate Son"). Esa canción, según su autor y líder de esa banda, John Fogerty, es una denuncia sobre cómo los ricos no pagan impuestos y evadieron su servicio militar obligatorio durante la guerra de Vietnam -o sea, gente exactamente como Trump que hizo ambas cosas.