Ciudad de México. La Luna se oxida, no de forma acelerada como ocurre en la Tierra o Marte, pero tiene óxidos de fierro en su superficie que pueden ser aprovechados por astronautas como fertilizante, aseguró Julieta Fierro Gossman, del Instituto de Astronomía de la UNAM.
A inicios de septiembre pasado un equipo internacional de científicos reveló en la revista Science Advances el hallazgo de hematita (óxido ferroso, Fe2O3) en el satélite natural de la Tierra, gracias a una serie de observaciones realizadas por el satélite Chandrayaan-1.
“Hasta ahora sabemos que está en la tierra de Marte; es decir, esta hematita sirve como fertilizante. En la NASA ya lograron con esta tierra hacer invernaderos donde crecen rábanos, así que al menos los astronautas van a poder comer esto y, por eso, están buscando otros alimentos que puedan hacer crecer”, precisó la ganadora del Premio Kalinga, considerado el Nobel de la divulgación científica.
En la Tierra, precisó, para que el hierro se oxide requiere de la atmósfera y oxígeno y se pensaba que no había agua en la Luna porque la gravedad superficial es muy baja; si existiera, debido a que el satélite no tiene atmósfera escaparía al espacio.
Sin embargo, en 2008 Chandrayaan-1 reveló hielo de agua que, hoy se sabe, tiene fuentes en la Luna, en primer lugar las regiones polares donde se impactan fragmentos de cometas.
“Los cometas se van desintegrando y dejando pedacitos a lo largo de su órbita, y cuando la Tierra pasa por esos pedacitos caen y producen lluvias de estrellas. También chocan en la Luna y cuando los alcanza la luz del Sol producen micro géiseres”, comentó la astrónoma.
Antes se pensaba que en la Luna no había óxido de hierro porque el viento solar (que son átomos de hidrógeno) hace que el oxígeno se combine inmediatamente con el hidrógeno formando agua.
El óxido de hierro encontrado no hará que el satélite se vuelva “rojo como Marte, como un paisaje marciano; se siguen viendo las rocas blanquitas que son las elevaciones ricas en calcio y en aluminio y por eso son tan brillantes”, aclaró la reconocida divulgadora.
“Cuando la Luna no está expuesta al viento del Sol, sino que pasa por la cola magnética de la Tierra, puede oxidar el hierro y, por supuesto, que si caen de estos micrometeoritos que producen los géiseres, con más razón se oxida el hierro de la Luna”, destacó Fierro Gossman.
La investigadora recordó que hay intereses económicos cuando se produce ciencia básica, por lo que las grandes naciones invierten tanto en megaproyectos como el regreso del hombre al satélite natural de la Tierra.
“Si encontramos óxido en la Luna imaginen el resto de los secretos que tiene escondidos y cómo podemos saber más de ella, si seguimos estudiando, aprendiendo y esto debe ser un derecho de todos para seguir aprendiendo toda la vida”, finalizó Fierro Gossman.