Ciudad de México. Griselda Álvarez, primera gobernadora en la historia del país, rompió el monopolio del poder masculino en México. “La idea de que el hombre nace para mandar y la mujer para obedecer se acabó con ella”, aseguró ayer la historiadora Patricia Galeana, directora del Museo de la Mujer de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la cuarta sesión del Ciclo de conferencias "Del derecho al voto al ejercicio del poder: Griselda Álvarez. Primera Gobernadora en la historia de México", organizado por la Universidad en el contexto del 67 aniversario del voto de la mujer en el país, Galeana señaló este jueves que su llegada al cargo de gobernadora “marcó un antes y un después en nuestra Historia”.Galeana, quien rememoró la obra de Griselda Álvarez, explicó que la política y poeta “en su fructífera vida cultivó la palabra, practicó la política, pero por encima de todo se estableció como paradigma de rectitud y entrega al trabajo”.
Griselda Álvarez Ponce de León nació el 5 de abril de 1913 en Guadalajara, Jalisco. Sus padres fueron María Dolores Guadalupe Eugenia Ponce de León y Miguel Álvarez García.
Pertenecía a una familia de gran trayectoria política. Su bisabuelo, el general Manuel Álvarez, fue el primer gobernador de Colima en 1857, cuando la entidad alcanzó la categoría de estado. Su padre también ocupó la gubernatura entre 1919 y 1923.
Fue electa gobernadora de Colima en 1979, con más del 80 por ciento de los votos, pero con la oposición de los hombres de su estado. “El día que tomó posesión, le pusieron un mandil al Rey Coliman”, narró la historiadora.
“Sin embargo, Griselda no se amedrentó con nada y señaló que lo único que había evitado que hubiera mujeres gobernadoras y en todos los cargos antes era que no habían tenido la posibilidad de prepararse”.
La gobernadora escribió: “Había osado entrar y pisar su terreno, estaba en su nivel, en su categoría ejecutiva: una mujer por primera vez. A ellos, digan lo que dijeren, les costaba trabajo el reconocimiento”.
Fue una feminista militante hasta su muerte; creó el Centro de Atención a la Mujer, A. C., fundó la Alianza de Mujeres de México y la Asociación Mexicana de Bienestar Social, además de ser Presidenta Honoraria Vitalicia de la Federación de Mujeres Universitarias, A. C. (FEMU).
Falleció en la Ciudad de México el 26 de marzo de 2009, a los 95 años de edad.