Nueva York. Complots para secuestrar y hasta asesinar a políticos, más rumores para alentar la violencia poselectoral, maniobras para suprimir el voto y Macho Man fueron algunas de las noticias de esta elección cada vez más extraña y ominosa.
Algunos de los 13 arrestados la semana pasada, incluidos por lo menos siete vinculados con una milicia ultraderechista armada, acusados de un complot para secuestrar a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, también contemplaron secuestrar al gobernador de Virginia, Ralph Northam, reveló el agente especial de la FBI Richard Trask en una audiencia sobre el caso ante un tribunal federal en Michigan.
Aparentemente el móvil de los acusados fue la implementación de medidas de mitigación contra el coronavirus por esos dos gobernadores demócratas, y haber actuado alentados por declaraciones del presidente Donald Trump en contra de cuarentenas y la suspensión de servicios y negocios, y quien en un momento tuiteó: Liberen a Michigan
y Liberen a Virginia
, después de arremeter en contra la gobernadora.
El caso continúa nutriendo preocupaciones de posible violencia durante y después de la elección por parte de las bases fieles a Trump. Las autoridades federales han declarado a milicias y agrupaciones supremacistas blancas y otras expresiones de ultraderecha armada como la principal amenaza de terrorismo doméstico en el país.
Más aún, siguen circulando por redes sociales versiones falsas promovidas por derechistas, según las cuales los demócratas están planeando un golpe
contra Trump el día de las elecciones, o están preparando un fraude masivo que incluye la destrucción de boletas a favor del presidente, entre más desinformación diseñada para provocar ira y hasta acciones de defensa
con fuerzas paramilitares de fanáticos derechistas.
Trump ha repetido que se está realizando un fraude en su contra y por lo tanto ha amenazado con no reconocer los resultados si no gana la elección y ha rehusado garantizar un traslado pacífico del poder.
Noam Chomsky reitera que Trump, el presidente más peligroso
en la historia del país, está desmantelando la democracia
para mantenerse en el cargo.
A la vez, medidas generalmente impulsadas por republicanos para suprimir, minar y hasta sabotear la participación electoral aparecen a lo largo del país, desde intentos por debilitar la capacidad del servicio postal de procesar y entregar el sufragio por correo que, en medio de una pandemia, será mucho más elevado que antes, a maniobras para descalificar o entorpecer el proceso de empadronamiento y el voto anticipado (en varios estados, se puede votar semanas antes del día de las elecciones).
Pero en algunas partes, esto ha tenido un efecto contrario al deseado por los oficiales y estrategas republicanos. Ayer, por ejemplo, en el estado de Georgia se rompió el récord de participación en las casillas en el primer día de voto anticipado. Se han reportado altos índices de participación en otras entidades, y también en el envío de boletas por correo, a pesar de largas esperas en filas y de dudas sembradas por el propio presidente sobre la integridad del voto por correo. Algunos pronostican una participación récord en la eleccion nacional.
Los candidatos están enfocando todo en los estados considerados claves en el mapa electoral, desde viajes y actos de publicidad, todo con las limitaciones impuestas por realizar sus campañas en medio de una pandemia. Florida y Pensilvania fueron sede de giras de ambos al inicio de la semana.
Joe Biden una y otra vez se enfoca en el manejo irresponsable
e inepto
de la pandemia por el gobierno de Trump.
Por su parte, el presidente insiste en un mensaje que, medido por las encuestas, no está funcionando: que Biden está bajo control de socialistas
, marxistas
y Castro-chavistas
que en verdad controlan al Partido Demócrata, y que un voto para él significa entregar el país a la izquierda radical
. Ese fue el mensaje de una gira en autobús titulada Luchadores contra el socialismo
encabezada por el hijo del presidente y el senador Marco Rubio en el sur de Florida el fin de semana.
Tal vez lo más frustrante para los republicanos es que sus ataques contra el contrincante demócrata Joe Biden parecen no estar funcionando y, por lo tanto, Trump y sus segundos atacan cada vez más a la compañera de fórmula de Biden, la senadora Kamala Harris. Para motivar a sus bases, el ataque contra Harris –la primera mujer de color
en la boleta para la Casa Blanca– no sólo ha intentado pintarla como parte de la izquierda radical
y hasta comunista
, sino también con ataques racistas y misóginos para asustar con la idea de una mujer negra como posible presidenta si algo le ocurriera a Biden.
Mientras, aparentemente nadie le ha informado a Trump que, en sus actos de campaña, él y su fieles ultraconservadores están bailando rolas vinculadas con la cultura comercial gay: YMCA y Macho Man de The Village People.