Urge avanzar en un marco para el tratamiento de la deuda porque el riesgo de incumplimientos desordenados está aumentando, alertó David Malpass, presidente del Banco Mundial. Sobre todo porque los aplazamientos que iniciaron en mayo para los países más pobres sólo están “pateando” el problema y junto a las obligaciones se están apilando los intereses.
Luego de que tanto él como Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), comentaran que la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por su sigla en inglés) entre actores multilaterales se perfila a extenderse seis meses más con lo que concluiría en junio de 2021, el directivo dijo que se necesita una solución de largo plazo “para la crisis de la deuda”.
“El mayor desafío es la necesidad de mirar más allá de DSSI. Hay que tener en cuenta que el DSSI difiere los pagos en el futuro, pero no los reduce. Los cargos por intereses se acumulan rápidamente sobre los montos diferidos, dejando a los países con más deuda”, advirtió Malpass.
En ocasiones pasadas, comentó, la tendencia es que los países pasen por una serie de “reprogramaciones ineficaces” de la deuda que sólo los debilita. Al final, los acreedores pueden acordar un proceso de reducción de la deuda, que al final recae en los más pobres, comentó en el marco de una reunión con el G20.
La economía mundial se está recuperando de la pandemia de #COVID19, pero el largo camino de vuelta al crecimiento es desigual e incierto.
— FMI (@FMInoticias) October 13, 2020
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También dijo que en ese sentido, como parte de los paquetes de financiamiento por parte del Banco Mundial, se prevé expandir en hasta 12 mil millones de dólares la respuesta de vía rápida para la compra y distribución de vacunas, pruebas y tratamientos contra Covid-19.
Si bien hay esta iniciativa para los países en condiciones de pobreza más crítica y los países avanzados pueden inyectar grandes cantidades de dinero a la recuperación porque se están financiando a tasa cero o incluso negativa, en el limbo están las economías que se consideran de ingreso medio, expuso Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público de México.
“No tenemos esos márgenes de maniobra, ni sociales, fiscales ni económicos. Entonces nosotros no hacemos como ellos (países avanzados) todo lo que se necesite, sino todo lo que podemos. Lo que sigue ahora es que los organismos internacionales empiecen a trabajar en una estrategia para nosotros, para los países de ingresos medios”, declaró el funcionario en un recuento de lo que ha sido la participación de México en las reuniones del G20.
A su vez, Kristalina Georgieva evitó pronunciarse sobre cómo podrían verse beneficiados los países de ingreso medio –como se categorizan los de América Latina– de una extensión de la DSSI. Comentó que para eso están los mercados y de ahí la necesidad de tener un marco macroeconómico sólido.
“Construye fundamentos sólidos en los buenos tiempos, construye tus reservas en los buenos tiempos para cuando caigas en malos tiempos ahí se puede ser más resiliente”, dijo en conferencia de prensa.
Y para aquellos donde los niveles de deuda son insostenibles como Argentina y Ecuador, recomendó “actuar rápido y decididamente” para ordenar las obligaciones; ello sin conceder que se les pueda incluir en la iniciativa de suspensión de la deuda que preside el G20.
Aseguró que bajo la iniciativa actual que ha cubierto a 40 de los países más pobres, el sector privado ha rehuido del acuerdo y los mismos países lo han hecho para evitar represalias en el futuro como el que se les excluya de los mercados.
Georgieva subrayó que la arquitectura de la deuda será una importante agenda del FMI en los próximos meses.
La economía global está saliendo del abismo causado por la pandemia de Covid-19. El pronóstico global de crecimiento sube a 5.2 por ciento para 2021, según el Fondo Monetario Internacional. Vía Graphic News