La recesión detonada por la crisis sanitaria del coronavirus se perfila como impulso para elevar la deuda de México en 11.8 puntos porcentuales a lo largo de 2020, lo que resulta en el mayor crecimiento de ésta en al menos una década, mostró el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Aunque con mayores ingresos, la caída de la actividad económica --que se acompaña de más gasto del gobierno- hará que la deuda neta del país pase del 44.9 por ciento del producto interno bruto (PIB), registrado el año pasado, a 56. 7 por ciento en 2020. No hay expectativas de que baje del 56 en los próximos cinco años.
En el Monitor Fiscal presentado este octubre, el FMI calcula que los ingresos del gobierno resulten en 24.4 por ciento del PIB, ligeramente por arriba de lo registrado el año pasado. En cuanto al gasto se estima que equivalga a 30.2 por ciento, 3.8 por ciento más que en 2019.
Estas previsiones se hacen con referencia al PIB, porque lo que consideran que este año la economía se desplomará 9 por ciento y en 2021 crecerá apenas 3.5 por ciento, según el mismo FMI.
Este incremento en el gasto para una economía que será más pequeña resulta en un déficit del balance público estimado en 5.8 por ciento este año y en 3.4 por ciento para el próximo año. Ambos por debajo de otras economías también calificadas como emergentes.
Sobre el balance primario –que resulta de los ingresos menos gasto, antes del costo de la deuda-, el FMI advierte que este año será un déficit de 2 por ciento, en 2021 será un superávit primario de 0.2 por ciento y de ahí hasta 2025 se estabilizará en 0.8 por ciento.
La economía mundial se está recuperando de la pandemia de #COVID19, pero el largo camino de vuelta al crecimiento es desigual e incierto.
— FMI (@FMInoticias) October 13, 2020
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Impuestos a los más ricos
Al presentar el informe, Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI explicó que si bien los apoyos fiscales suministrados a la economía mundial suman 12 billones de dólares, aún con ellos se espera que a la pobreza extrema sean empujadas 90 millones de personas.
Al mismo tiempo, la deuda pública escala a un nivel sin precedente, por arriba del 100 por ciento del PIB mundial. Por ello recomendó reducir de manera gradual los apoyos. Pasar “de proteger los empleos antiguos a hacer que las personas vuelvan a trabajar”, agregó.
Al tener que “hacer más con menos”, recomendó a todas las economías –excepto las de ingreso alto- cambiar prioridades de gasto y ser más eficientes en la ejecución de éste.
De la mano, para equipar redes de seguridad social y sanitaria, Gaspar recomendó impuestos más altos para los más ricos, para las empresas más rentables y mejorar el cumplimiento tributario.
“A medida que las economías comienzan a recuperarse, los gobiernos deben aprovechar este momento para alejarse del modelo de crecimiento anterior a la crisis y acelerar la transición hacia una economía digital y con bajas emisiones de carbono”, sugirió.
La economía global está saliendo del abismo causado por la pandemia de Covid-19. El pronóstico global de crecimiento sube a 5.2 por ciento para 2021, según el Fondo Monetario Internacional. Vía Graphic News