Los acuerdos, que reciben su nombre del programa lunar Artemis de la NASA, buscan ampliar la ley espacial internacional vigente, estableciendo zonas de seguridad
que rodearían a futuras bases lunares para evitar conflictos entre los estados que operen allí, al tiempo que permitirían que compañías privadas sean propietarias de los recursos que extraigan.
Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, Luxemburgo, Italia, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos firmaron los acuerdos bilaterales durante una conferencia anual espacial, tras meses de negociaciones en un intento estadunidense de crear aliados bajo su plan de volver a enviar astronautas a la Luna en 2024.
Lo que intentamos hacer es determinar normas de comportamiento que puedan aceptar todas las naciones
, sostuvo Jim Bridenstine, administrador de la NASA, a los medios. Según indicó, los acuerdos son coherentes con un tratado de 1967 que indica que la Luna y otros cuerpos celestes están exentos de reclamaciones nacionales de propiedad.
Estamos haciendo operativo el Tratado del Espacio Exterior con el propósito de crear la coalición humana más amplia, inclusiva y grande de viajes espaciales en la historia de la humanidad
, destacó Bridenstine.
El gobierno de Donald Trump y otros países con capacidad de vuelo espacial ven la Luna como un activo estratégico. También tiene valor para una investigación científica a largo plazo que podría permitir futuras misiones a Marte, actividades que entran bajo el régimen de la ley espacial internacional, considerada en general como desfasada.
En 2019, Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, dio instrucciones a la NASA para el regreso de astronautas a la Luna en 2024 –reduciendo a la mitad el cronograma previo de la agencia– y establecer una presencia humana a largo plazo en el satélite.
Italia contribuirá al programa con el suministro de módulos habitables para la tripulación y con la prestación de servicios de telecomunicación.
Según Riccardo Fraccaro, subsecretario del Consejo de Ministros de Italia, es “una firma histórica, porque abre un capítulo nuevo y apasionante en la exploración espacial, 50 años después del primer desembarco en la Luna.
Este documento nos permitirá a nosotros y a las generaciones futuras una exploración pacífica, segura y sostenible del espacio para mejorar la vida en la Tierra
, añadió.
What a memorable moment! We are proud that with today's #Artemis Accords signing, we are deepening our relationships with our partners & are establishing vital principles that will create a safe, peaceful, & prosperous future in space for all of humanity. pic.twitter.com/WpthvUJQy5
— NASA (@NASA) October 14, 2020
Ensayan en Texas tecnología de alunizaje
Por otro lado, la empresa Blue Origin, de Jeff Bezos, lanzó ayer un cohete New Shepard por séptima vez desde un rincón remoto de Texas para ensayar una nueva tecnología de alunizaje de la NASA.
El vuelo, que alcanzó una altura máxima de 106 kilómetros, duró 10 minutos. El cohete impulsor regresó al centro de lanzamiento y lo siguió la cápsula, que cayó en paracaídas en el desierto.
La cápsula transportó experimentos científicos, además de 1.2 millones de semillas de tomate que serán entregadas a niños de Estados Unidos y Canadá, así como decenas de miles de tarjetas postales con dibujos de temática espacial que serán devueltos a los jóvenes remitentes.
El cohete impulsor llevaba equipo de navegación de la NASA para futuros alunizajes. Los sensores y la computadora –ensayados durante el descenso de la nave– tendrán un nuevo viaje suborbital con Blue Origin. Es parte del programa Artemis de la NASA que busca enviar a la primera mujer y un hombre a la Luna.
(Con información de Ap y Sputnik)