Según la minuta de la pasada reunión de política monetaria del instituto central, los miembros de la junta de gobierno coincidieron en que la fuerza de la recuperación durante 2021 será clave para saber el tiempo que tomará regresar a niveles previos a la pandemia.
Atonía en consumo e inversión
Uno de los miembros de la junta advirtió que la etapa de la recuperación podría durar de dos a seis años, o hasta una década, si se considera el PIB per cápita.
Sobre los factores de riesgo que pueden impedir una pronta recuperación económica, coincidió la mayoría de los miembros de la junta, está el hecho de que el consumo y la inversión siguen mostrando atonía; además esta última continúa percibiendo un entorno poco propicio para el sector privado.
Uno de los integrantes enfatizó que plantones, la toma de infraestructura ferroviaria y de casetas, así como el resurgimiento en el robo de combustibles y el aumento en la inseguridad, desalientan la inversión privada, que es un elemento clave para el crecimiento económico sostenido.
En otros riesgos para la economía, algunos miembros subrayaron las implicaciones sobre la actividad productiva derivadas de la evolución de la pandemia de Covid-19.
Sobre Petróleos Mexicanos (Pemex), la mayoría externó preocupación por su situación, e incluso algunos destacaron la posibilidad de que se requieran apoyos fiscales adicionales, y uno mencionó que un recorte a su calificación y presiones de gasto podría afectar negativamente a las finanzas del país.
Otro más enfatizó que las finanzas públicas enfrentan retos derivados de la ausencia de una solución a largo plazo para los problemas de Pemex.
Por otro lado, un integrante mencionó que existe una alta probabilidad de un rebrote del virus a corto plazo, vinculado principalmente al relajamiento de las medidas de confinamiento, situación que podría complicarse ante el inicio de la temporada de influenza estacional.
En la reunión se advirtió que la recuperación del consumo será más lenta dado un desempleo elevado, temores de contagio del virus y la ausencia de apoyo fiscal suficiente, lo cual, sumado a un ambiente de negocios desfavorable, limitará la inversión privada.
También alertaron sobre problemas de solvencia en hogares y empresas, de una posible baja a la calificación soberana, presión en las finanzas públicas y la falta de un plan de apoyos fiscales.
Un miembro del BdeM resaltó que el deterioro de la economía de familias y empresas aumenta el riesgo de impago de sus deudas e implica un reto para el sistema financiero.
Sobre la inflación, la mayoría resaltó que sigue resintiendo los efectos de la pandemia, con choques de oferta y demanda, propiciando una recomposición de precios relativos.
Sin embargo, todos señalaron que se anticipa que la inflación converja a la meta en el horizonte en el que opera la política monetaria, que es de 3 por ciento +/- un punto porcentual.
Desigual regreso laboral
Sobre el mercado laboral, toda la junta de gobierno resaltó las fuertes afectaciones que ha dejado la pandemia, aunque también destacó que ha comenzado a normalizarse.
No obstante, un miembro señaló que la crisis ha empeorado las condiciones de empleo en México, pues muchos de los que regresaron al mercado laboral lo han hecho en la informalidad, subempleo o con menores salarios.
La minuta corresponde a la reunión de política monetaria del 24 septiembre, cuando se acordó la baja de un cuarto de punto porcentual a la tasa de referencia para dejarla en 4.25 por ciento. En el documento no se identifica con nombre a los responsables de los comentarios, pero estuvieron presentes Alejandro Díaz de León, gobernador del BdeM, los subgobernadores Irene Espinosa, Gerardo Esquivel, Javier Guzmán y Jonathan Heath, además del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y el subsecretario, Gabriel Yorio.
Durante más de dos décadas la pobreza extrema descendió, pero ahora los efectos económicos del Covid-19 crearán millones de nuevos pobres, según el informe "Pobreza y Prosperidad Compartida 2020" del Banco Mundial.