Ciudad de México. Los apoyos que ha dado el gobierno de Estados Unidos a desempleados y han sido recibidos por migrantes mexicanos, las restricciones de movilidad y la depreciación del peso frente al dólar son los factores por los que el flujo de remesas a México ha seguido al alza pese la crisis económica causada por la pandemia de Covid-19, aseguró este miércoles BBVA México.
Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA, indicó que pese a los pronósticos de organismos internacionales, que anticipaban una caída en el flujo de remesas cercano a 20 por ciento en México por la pandemia, los resultados actuales conllevan a pensar que por lo que resta del año y en 2021 los niveles prevalecerán al alza.
Al presentar el Anuario de Migración y Remesas México 2020, realizado por el área de investigación del banco y el Consejo Nacional de Población (Conapo), estimó que al finalizar el año y pese a la pandemia el flujo de remesas alcanzará un monto de 39 mil 500 millones de dólares, incremento de 8.4 por ciento con respecto a 2019.
“Por mucho, las remesas son la principal fuente de divisas en el país. Salvo en abril hay tasas de crecimiento importantes. Estimamos un crecimiento en el año de 8.4 por ciento en el flujo. Las remesas van a permitir a muchas familias mexicanas que se han visto afectadas por la crisis, mantener sus niveles de consumo”, dijo el economista en videoconferencia.
Los factores que provocan el incremento
El primer factor que explica el incremento en el flujo de remesas en los meses más críticos de la pandemia, dijo, es que los estímulos fiscales dados por el gobierno de Estados Unidos a migrantes mexicanos documentados, por montos de hasta 600 dólares semanales, llegaron a casi siete millones de connacionales.
“Los apoyos llegaron, en buena medida, a migrantes mexicanos, no a todos. De los casi 12 millones de migrantes mexicanos unos siete millones son documentados, muchos de esos pudieron acceder a estos estímulos, y pese perder el empleo, tuvieron flujos que les permitieron enviar remesas”, precisó.
El segundo, precisó, es que cuando comenzaron a darse las restricciones más fuertes de confinamiento, las personas que normalmente venían a México a dejar los recursos lo hicieron de forma electrónica.
“Parte de los recursos que algunos migrantes mexicanos dan lo hacen de manera presencial, viajan, sobre todo a la parte norte y noroeste. Viajan los migrantes y entregan los recursos. Ahora que hubo restricciones en el flujo fronterizo, esas personas enviaron el dinero”, mencionó.
Por último, detalló Serrano, la depreciación del peso frente al dólar incrementó el flujo de remesas, pues los connacionales entienden que este fenómeno beneficia el intercambio de divisas.
“La tercera razón es la depreciación del tipo de cambio que vino como consecuencia de la pandemia. Hubo depreciaciones reales de hasta 30 por ciento. Antes de la pandemia, el dólar estuvo en niveles de hasta 18 pesos, y luego hasta 23 o 24 pesos. Cuando pasa eso hay un aumento por la apreciación que cada dólar tiene mayor poder adquisitivo”, explicó.
Se esperan mejores resultados
“En el año que viene pensamos que seguirán creciendo, la situación mejorará. Es cierto, terminaron los apoyos, pero mejorará el empleo en Estados Unidos. Por tanto, las remesas crecerán, no vemos una disminución en el flujo de remesas. Han aumentado aún en lo peor de la pandemia y seguirán aumentando”, agregó Serrano.
Actualmente, según el estudio, México es el tercer país que más remesas recibe en el mundo, y desplazó a Filipinas que ocupó muchos años esa posición. A nivel global, sólo China e India superan a México en recepción de remesas.
Michoacán, Jalisco, Guanajuato y el Estado de México son los principales receptores.