Ciudad de México. La mayor crisis en 100 años revertirá en hasta tres décadas los esfuerzos de América Latina para reducir la pobreza extrema, informó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). “Tenemos que prepararnos para una recuperación que no va a ser en 2021 y probablemente tampoco en 2022 y 2023”, agregó.
Acorde con las estimaciones que hay hasta el momento, al final de 2020 el producto interno bruto (PIB) per cápita –ingreso por habitante– de la región será igual al de 2010. Esto se traduce en “una década perdida”, prevé el organismo.
De acuerdo con los estimados de la Cepal, se espera que los 231 millones de pobres que resulten con la crisis de Covid-19 implicarán regresar a niveles de 2005, es decir, un revés de 15 años. Las estimaciones no contemplan cómo afectarán las medidas de emergencia tomadas por cada gobierno.
En pobreza extrema, el rebote será más lejano: a 1990. Se estima que 96 millones de personas tengan esta condición que pone en riesgo la capacidad financiera de adquirir incluso alimento. La crisis detonada por el manejo de la pandemia de Covid-19 llevaría a un regreso de 30 años en este rubro.
Lo cual va acompañado también de expectativas de más largo plazo para la recuperación económica. Ejercicios elaborados por la comisión exhiben que de crecer el PIB entre 2021 y 2025 al promedio de 1.8 por ciento que lo hizo en la última década, se alcanzaría una recuperación a niveles de 2019 hasta 2025.
Si lo hace a una tasa de 0.4 por ciento –que fue el promedio de los últimos seis años– no se alcanzaría el PIB de 2019 ni en la próxima década, incluso en un escenario en el que la tasa de crecimiento sea de 3 por ciento, la recuperación será sólo hasta 2023.
Y es que la profundidad con la que se ha resentido la crisis actual rebasa en muchos aspectos a lo reportado en 2009, cuando el colapso financiero por los créditos subprime.
En ese momento la inversión en América Latina colapsó 14.2 por ciento, en tiempos del coronavirus lo ha hecho a 20.4 por ciento anual. El consumo que hace 11 años decreció 0.2 por ciento, en la primera mitad de 2020 lo hizo hasta en 9.5 por ciento. Mientras las exportaciones se redujeron 9.1 y 11.5 por ciento, respectivamente.
Déficit en AL escalará a 8.4 por ciento
Alicia Bárcena dijo que la recuperación requiere una política fiscal más expansiva y un gasto más eficiente también por “varios años” para paliar los efectos en el crecimiento, desigualdad, pobreza y desempleo. “No va a ser posible tener austeridad”, recalcó.
“La política fiscal vuelve a ser la herramienta central contra los choques sociales y macroeconómicos”, subrayó. Pero también se debe revisar cómo financiarlo. Se estima que el gasto total en América Latina escale en 2020 a 25.4 por ciento del PIB, mientras el déficit lo hace a 8.4 por ciento.
Por ello dijo que actores multilaterales deben evaluar la reestructura de deudas no sólo en países de ingreso bajo, también se encuentran los de ingresos medio –rubro en los que se cuentan la mayoría de los países de América Latina.
De hecho entre los países en desarrollo, los de ingreso medio concentran 96 por ciento de la deuda externa, sin contar a China e India. En total son 2 billones 805 mil 763 millones de dólares, por lo que una crisis de insolvencia en estas economías crearía una crisis mundial sistémica, explicó Bárcena.
En América Latina, al pago de intereses se destinan en promedio 2.6 por ciento del PIB, más que 2.3 por ciento promedio en gasto en salud. Por lo que es necesario la suspensión para evitar los riesgos sistémicos de acumulación de deuda, agregó.
Lo anterior no sin abundar en el combate a la evasión fiscal que equivale a 6.1 por ciento del PIB –alrededor de 325 mil millones de dólares– y para ello consolidar el impuesto sobre la renta en personas físicas y corporaciones, extender alcance de impuestos al patrimonio y la propiedad, a la economía digital, así como eliminar los gastos fiscales –recaudación que se pierde en regímenes especiales– que representan 3.7 por ciento del PIB.