El 72 por ciento de los ciudadanos mexicanos considera que la eutanasia debe legalizarse en el país, según la encuesta “Hacia una muerte digna. ¿Mexicanos a favor o en contra de la eutanasia?”, levantadas por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México.
El sondeo, muestra que 14 por ciento considera que esto no debería ocurrir y porcentaje igual prefirió no tomar una posición al respecto.
Respecto al suicidio medicamente asistido 52 por ciento piensa que debería contemplarse en la ley y para 32 por ciento esto no debería ocurrir. Por lo que toca a la sedación terminal, procedimiento médico que ayuda a controlar el sufrimiento en pacientes en etapa terminal, 68 por ciento se muestra a favor de que exista una implementación con bases legales, mientras que 18 por ciento se opone.
Otro dato que la gran mayoría de los encuestados, el 86 por ciento, está de acuerdo con la frase de que personas que tienen una enfermedad terminal deberían tener derecho a solicitar voluntaria y libremente la muerte. Un porcentaje similar, 85 por ciento, respondió estar de acuerdo en que los enfermos terminales deben tener derecho a decidir cómo y cuándo morir.
Sin embargo, el respaldo disminuye 25 por ciento cuando se plantean escenarios que implican una participación activa de otras personas distintas al paciente, en algún proceso vinculado a la terminación de la vida.
De esta esta forma, el 60 por ciento dice estar de acuerdo en que una persona con una enfermedad terminal tiene derecho a tomar medicamentos que le causen la muerte con ayuda de otra persona. 59 por ciento está de acuerdo que la persona con una enfermedad terminal debe tener derecho de solicitar al médico medicamentos para morir y únicamente 40 por ciento apoya que, a un enfermo terminal se le administre medicamentos para mantenerlo dormido hasta que se produzca la muerte.
En un comunicado, la UVM indica que a pesar de que la Ley de Voluntad Anticipada se aprobó en 2008 en la Ciudad de México, siguiéndole otras entidades, la mitad de los encuestados desconoce la regulación, 39 por ciento la conoce conoce poco y sólo 11 por ciento dice conocerla.
La ley, que favorece la atención y los cuidados paliativos, así como la decisión de la persona de someterse o no a tratamientos o procedimientos para prolongar su vida, se considera que ayudaría a las personas a tener una muerte digna (76 por ciento) y; 9 de cada 10 considera que esta ley es necesaria.
Aunque alrededor de 90 por ciento considera que una persona con enfermedad terminal tiene derecho a decidir sobre su muerte, el sondeo encontró distintas manifestaciones que ponen en tela de juicio tal aprobación, esto puede verse al plantear un supuesto: En el caso de un enfermo terminal que ha tomado la decisión de cómo desea morir, 44 por ciento opina que es una decisión que debe tomar solo el enfermo y 56 por ciento cree que debe consultar con un médico. Ante ese mismo escenario, 63 por ciento considera que esa decisión depende únicamente del enfermo y 37 por ciento piensa que debe consultarlo con la familia.
Con respecto a los médicos, 93 por ciento está de acuerdo con que los médicos deben proporcionar a los enfermos terminales, información para evitar sufrimiento por tratamientos, 77 por ciento concuerda que los médicos deberían apoyar la implementación de la muerte asistida independientemente de sus creencias y valores.