Ciudad de México. Por supuesto que la noticia de que Donald Trump (había resultado positivo en el examen clínico que se le practicó hace unos días sobre el Covid-19) ha resultado una potencial bomba en el ambiente ya enrarecido de la elección presidencial de noviembre próximo. Claro está que las preguntas se han multiplicado, en un régimen que sin embargo parece tener amplios controles sobre una situación de incapacidad del presidente para cumplir sus funciones. El New York Times, en su edición del mismo sábado 3 de octubre, a una cuantas horas de que Trump hubiera ingresado en un Hospital Militar vecino a Washington, realizó ya un amplio análisis de las diversas opciones de carácter legal que tuviera que enfrentar el gobierno de ese país en el caso de la enfermedad de Donald Trump, considerando su posible evolución futura.
La Enmienda 25 de la Constitución establece claramente que: "En caso de que el presidente sea destituido de su cargo o de su muerte o renuncia, el vicepresidente se convertirá en presidente". Y comenta el New York Times: El ascenso de un vicepresidente en tales circunstancias no ha sido tan raro en la historia de Estados Unidos. Un vicepresidente ha asumido el cargo más alto de la nación debido a la muerte del presidente en ocho ocasiones, la más reciente en 1963, después del asesinato de John F. Kennedy, cuando Lyndon B. Johnson se convirtió en presidente. (En 1974, el vicepresidente Gerald Ford se convirtió en presidente después de la renuncia del presidente Richard M. Nixon). El vicepresidente actual es Jack Pence, de 61 años de edad, y el mismo viernes 2 de octubre se le hizo la prueba del coronavirus, resultando negativo.
En el caso extremo de que los dos hayan fallecido o estén incapacitados, que el propio periódico considera altamente improbable, se aplicaría la Ley de Sucesión Presidencial, disponiéndose que el siguiente en la fila sería el Presidente de la Cámara de Representantes, seguido por el presidente pro tempore del Senado, y luego miembros del gabinete, comenzando por el secretario de Estado.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de 80 años, dijo el viernes que había dado negativo en la prueba del virus y estaba segura de que se habían implementado los planes correctos, en caso de que fueran necesarios. "La continuidad del gobierno siempre está en su lugar", dijo en MSNBC. "Siempre digo que es una reliquia del pasado, pero, sin embargo, dicen que tenemos nuestro trabajo que tenemos que hacer, y esto es lo que haremos". El senador Charles E. Grassley, republicano de Iowa, es el actual presidente pro tempore en el Senado. Tiene 87 años.
Un grave problema que se presenta a Donald Trump es que, dependiendo de la gravedad que pueda tener su enfermedad, es muy probable que esté “fuera de acción” parte del tiempo de campaña que pudo haber previsto. Estamos a un mes de las elecciones en Estados Unidos, que serán el 3 de noviembre próximo. Repito, la enfermedad inesperada, no obstante que pueda ser leve, significa para Donald Trump, entre otros muchos inconvenientes, una pérdida de tiempo que puede ser irrecuperable, a pesar de que hoy existen muy diversos canales de comunicación y nuevas tecnologías.
De todos modos, debe aceptarse que Donald Trump es en principio un paciente de alto riesgo, por la edad (74 años, y 110 kg de peso). Los hombres de mayor edad tienen más probabilidad de enfermarse gravemente de la Covid-19, aunque muchos se recuperan rápidamente. Los expertos dicen que la próxima semana será crucial para saber cómo afectará la enfermedad a Donad Trump. Por cierto los hombres mayores tienen hasta el doble de probabilidades de morir de coronavirus, que las mujeres de la misma edad, según un análisis del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades. Otro estudio, publicado por Nature en agosto, encontró que esto se debía a que los hombres producen una respuesta inmune más débil que las mujeres. Aún así, no olvidemos que muchas personas de su edad se han recuperado enteramente de la Covid-19.
Los expertos están de acuerdo en que el régimen de tratamiento de Trump dependerá de si desarrolla síntomas en los próximos días. Mientras no tenga síntomas, o los tenga limitados, bastará con mantener un ambiente cómodo en el que pueda estar aislado durante 14 días y ser evaluado regularmente por los médicos. Por supuesto, todavía no hay cura para la Covid-19. Pero si Trump desarrolla neumonía e insuficiencia respiratoria y otros signos de una condición más seria un número de tratamientos que han sido usados ampliamente por doctores y enfermeros estarían disponibles para él.
En unos días veremos qué ofrece el destino sobre la salud (y la política) del presidente de Estados Unidos.