Santiago. La violencia sistemática con que la policía de Carabineros reprime las protestas sociales en Chile, quedó brutalmente expuesta nuevamente anteayer, cuando un joven de 16 años que participaba en una manifestación en Plaza Dignidad, terminó siendo arrojado al aledaño Río Mapocho desde una altura de unos cinco metros a manos de un efectivo policial.
Las imágenes grabadas por cámaras de seguridad y de celulares de varios de quienes ahí estaban, son elocuentes y terribles: un contingente carga contra manifestantes que escapan hacia el Puente de Pío Nono hasta alcanzarlos, uno de ellos se abalanza desde un costado contra el menor de edad, lo acorrala contra la baranda del puente y aparentemente lo empuja hasta lanzarlo hacia el lecho de piedras y cemento del río.
Lo peor es que los policías no hicieron intento por rescatarlo, simplemente se quedan mirando por sobre la baranda y después se retiran caminando inmutables, entre gritos de deprecio de la multitud.
La enfermera Silvia Rojas, de la red de rescatistas Universidad de Chile, relató el cuadro al bajar a socorrer a la víctima, cuyo nombre no ha trascendido: "Me encontré con el joven con compromiso de consciencia cuando lo saque del agua, pálido, labios morados, ojos blancos, rápidamente me preocupé de la vía aérea, de despejarla, pudo respirar de inmediato (estuvo 40 a 50 segundos aproximados en inmersión), controlé un sangrado considerable que mantenía en un costado de la cabeza con apósitos y vendaje, inmovilizamos fracturas que mantenía en sus brazos y vendamos otras heridas en los brazos también, pusimos collar cervical, lo fijamos en una tabla, lo cubrimos con manta térmica y alistamos para su rescate, a los momentos recuperó conciencia, al principio algo desorientado pero fue evolucionando positivamente hasta la llegada de los equipos de salud y bomberos. 30 segundos más en inmersión y probablemente la respuesta hubiera sido rcp (reanimación cardiopulmonar)", publicó en las redes.
El joven está hospitalizado estable en su gravedad.
Carabineros primero negó rotundamente que alguno de sus efectivos estuviese involucrado e incluso reclamó airado que"ya basta de andar diciendo situaciones que no corresponden y que no se ajustan a la realidad", dijo el teniente coronel Rodrigo Soto, de la Prefectura Santiago Oriente; pero después el mismo oficial se corrigió afirmando que "afortunadamente existe un video que muestra que este lamentable accidente se produjo en un contexto intenso de detención de personas que causaban desórdenes y que ahora la Fiscalía deberá evaluar con todos los antecedentes a su disposición. Los hechos ocurrieron en el contexto de un procedimiento con incidentes y el carabinero que aparece en el video está identificado".
Pero la brutalidad policial ha sido acreditada por cuatro informes internacionales que constataron violaciones a los derechos humanos desde que estallaron las protestas en octubre de 2019 y que según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), a marzo de 2020 sumaron tres mil 800 los heridos, mil 600 por disparos de escopetas y 460 con lesiones oculares por impactos de perdigones. También más de 11 mil detenidos y dos mil 146 denuncias por violencia sexual, torturas y uso excesivo de la fuerza.
Recientemente la Contraloría General de la República notificó una investigación contra siete generales, que no garantizaron el cumplimiento de los “protocolos del uso de la fuerza”.
Lo ocurrido anteayer renovó las exigencias opositoras y desde el mundo social, para que el general director Mario Rozas sea destituido.
En la tarde del sábado, la Fiscalía Centro Norte de Santiago, comunicó la detención del carabinero que provocó la caída y dijo que lo acusará de delito de homicidio frustrado.