Ciudad de México. La desigualdad define a América Latina y el Caribe, pero en particular ésta tiene rostro de mujer, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Indicó que esto “es un rasgo estructural e implica una distribución muy inequitativa del poder, de los recursos, del tiempo, de la riqueza y están en la base de la insostenibilidad de nuestro estilo de desarrollo dominante”.
En la clausura del XXI Encuentro Internacional de Estadísticas de Género, organizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ONU Mujeres, la Cepal, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), entre otros, expuso que la pandemia de Covid-19 “ha golpeado mucho más fuerte a las mujeres, eso no cabe duda”, están sobrerepresentadas en sectores muy afectados como los de servicios, en la informalidad y en el desempleo.
Las mujeres, añadió, son las que realizan más del 74 por ciento del trabajo en los servicios de salud, es decir, “están altamente expuestas, ganan 24 por ciento menos, o incluso un poco más, y tienen menos acceso a prestaciones”.
Bárcena expuso que la tasa de desocupación en la región puede llegar a 13.5 por ciento pero las mujeres estarán por encima del 15 por ciento.
Por su parte, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, recordó que la desigualdad de género no se redujo durante las medidas de confinamiento por la pandemia de Covid-19, “al contrario, según la opinión de diversas personas expertas la violencia cometida contra las mujeres aumentó y otras prácticas como la imposición de roles de género también se agudizaron”.
En este sentido, agregó que los retos a los que se enfrenta la reivinidicación de los derechos de las mujeres en el contexto actual, “probablemente sean los mismos a los que enfrentaban antes, pero agravados por las circunstancia”.
Señaló que en lo económico, el Inegi ha expuesto que sólo en México las encuestas de empleo mostraron que la tasa de desocupación es mayor para las mujeres que para los hombres y adicionalmente, el 8.1 por ciento “enfrentaron aumentos en sus jornadas laborales debido precisamente a estos estos estereotipos y roles de género”.
Respecto a las violencias contra las mujeres, recordó lo mencionado en otra ocasión por Alejandra Valdés, de la División de asuntos de género de la Cepal, quien mostró que aun con las medias de confinamiento el feminicidio persistió.
“La pandemia de Covid-19 nos enfrenta a un panorama social y económico que requiere la incorporación o el reforzamiento de las políticas pública que ayudan a contener el incremento de la brecha de género, la pobreza, las violencias que viven las mujeres y las niñas de la región”, afirmó.
Sánchez Cordero concluyó en que “ha llegado el momento para los países latinoamericanos de saldar la deuda de la región con las mujeres y las niñas, especialmente con las más pobres y que viven en mayores condiciones de vulnerabilidad”.