Ciudad de México. Alimentos ultraprocesados que se promocionaban como saludables, con el nuevo etiquetado frontal de advertencia -que entró en vigor hoy-, “quedan en total evidencia” de que no lo son, señalaron especialistas. Un ejemplo de lo anterior son algunas de las barras de cereales que incluso entre los profesiones de la salud se creía que eran buenas, pero son altas en grasa, azúcar y calorías, dijo Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Indicó que otro ejemplo son los cereales de caja, que “suelen ser productos de muy mala calidad, les quitan propiedades a los cereales, los azucaran, y casi la mitad del peso de las cajas es de azúcar”, además de que tienen mucha sal.
En la conferencia digital ¿Por qué el etiquetado de advertencia en alimentos beneficia la salud de la niñez y la juventud?, mencionó que por muchos años se ha podido documentar que las enfermedades crónicas “tienen que ver sobre todo con la mala alimentación”. Y recordó que desde los años 80 la diabetes comenzó a aumentar de manera muy anormal en el país, pues en ese tiempo las muertes por este padecimiento eran menos de 20 mil cada año y actualmente son 100 mil.
Expuso que cuando se comenzó a explorar la mala alimentación en la población, “lo que vimos muy rápido es que México estaba dejando de comer su cocina tradicional, alimentos típicos, de hidratarse con agua”, a ingerir sólo jugos y refrescos y alimentarse de productos ultraprocesados, como papas, botanas, panecitos, entre otros. Y destacó que en las escuelas eran donde “uno iba a conocer la comida chatarra y esto ha generado un epidemia muy importante”.
Barquera resaltó que con el nuevo etiquetado frontal en bebidas y alimentos ultraprocesados que informa al consumidor cuando un producto excede la cantidad de azúcares, grasas saturadas, trans, sodio y calorías establecidas en la normatividad, lo que se busca es que "la población tenga mejores selecciones, que vaya dirigiéndose a alimentos sin etiquetas, que son los más saludables”.
Por su parte, Paulina Magaña, coordinadora de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor, destacó que desde edades tempranas las personas están expuestas al consumo de comida chatarra, indicó que hasta el 65 por ciento de los niños menores de dos años ya ingieren bebidas azucaradas, que generaran palatabilidad a ellas y el gusto por quererlas consumir.
Señaló que dicha situación es muy preocupante pues sólo del 20 al 25 por ciento de los niños, niñas y adolescentes consumen verduras que tiene un aporte de nutrimentos, de fibra, de vitaminas y minerales y que realmente pueden ayudar a su crecimiento y desarrollo.
Recordó que el nuevo etiquetado para alimentos ultraprocesados fue retomado de otras experiencias previas como la de Chile, que se aplica desde 2017, y donde se logró reducir hasta en 25 por ciento de las bebidas azucaradas y el 14 por ciento de los cereales de caja.
Juan Martín Pérez García, Coordinador regional de la iniciativa #TejiendoRedesInfancia en América Latina, dijo que los menores “tienen en el contexto lo que llamamos el ambiente obesogénico, que les genera literalmente pocas opciones para poder elegir alimentación sana”.
Lamentó que cómo las industrias “dedicaron mucha inversión, millones de dólares en todo el mundo para engañar a niños y niñas” con alimentos ultraprocesados altos en azúcares, sodio, entre otros.
