Nueva York. En lugar de acceder a los consejos de líderes de su partido, Donald Trump no solo continuó rehusando condenar a supremacistas blancos sino que redobló su retórica racista y xenofóbica mientras persiste en promover la desconfianza en la integridad en el proceso electoral generando preocupaciones apocalípticas sobre el futuro político de Estados Unidos -hasta en el “lugar más feliz del mundo” hay malas noticias.
En un mitin de campaña en Minnesota la noche del miércoles, Trump arremetió contra la diputada federal Ilhan Omar de ese estado -quien llegó a los 12 años a Estados Unidos tras huir de la guerra civil en Somalia y pasar cuatro años en un campo de refugiados, y quien obtuvo su ciudadanía estadunidense hace 20 años y hoy es una de las primeras dos mujeres musulmanas electas al Congreso y parte de una nueva generación de políticos progresistas- denunciando que ella se atreve “a decirnos a nosotros cómo manejar nuestro país”.
Trump advirtió que su contrincante Joe Biden “inundará al estado de ustedes [Minnesota]… con refugiados llegando de algunos de los lugares más peligrosos del mundo, incluyendo Yemen, Siria y el país favorito de ustedes, ¿verdad?, Somalia” y concluyó: “Biden convertirá Minnesota en un campo de refugiados”.
Y no es sólo retórica. El gobierno de Trump anunció esta semana que limitará el número total de refugiados admitidos al país a sólo 15 mil en el año fiscal 2021 -la cifra más más baja desde que se promulgó la Ley de Refugio de 1980. El límite del año en curso fue de 18 mil. Bajo gobiernos anteriores, el número límite oscilaba entre 70 a 120 mil al año. El anuncio detonó denuncias de defensores de derechos de los inmigrantes por violar los principios de refugio y asilo y como una maniobra electoral.
Mientras Trump cultiva la crisis política, crecen advertencias sobre la crisis de salud pública más severa en un siglo con expertos señalando que el país podría enfrentar un rebrote del Covid-19 combinado con la siempre presente influenza llevando a lo que potencialmente podría ser el peor periodo invernal en enfermedad en la historia moderna del país. Los expertos en salud pública subrayan que los próximos meses serán sumamente peligrosos justo por la falta de una estrategia nacional del gobierno de Trump para controlar la pandemia, y su insistencia en reabrir la economía afirmando que bajo su liderazgo se está superando esta emergencia.
Aunque la tasa de mortalidad ha bajado desde su pico, más de 700 personas en promedio siguen muriendo de Covid cada día en este país. “Nos hemos acostumbrado a este nivel de enfermedad lo cual es bastante terrible”, declaró Eric Tener experto de la Universidad Johns Hopkins a Poltiico. Según algunas proyecciones, es posible que la tasa de muertes se incremente a unos 2 mil diarios este invierno.
Complicando aún más la coyuntura electoral y nutriendo la histeria de Trump, hubo más anuncios de despidos masivos en varios sectores, incluyendo aerolíneas, energía y turismo.
El “lugar mas feliz de la tierra” -el lema de los parques Disney- anunció la suspensión de 28 mil empleados. American Airlines y United Airlines proyectan despedir a más de 30 mil trabajadores, y otras líneas aún evalúan sus reducciones mientras esperan a ver si el gobierno aprobará asistencia para ese sector. Shell Oil informó que 9 mil de sus empleados estarán perdiendo sus trabajos, Ralph Lauren está despidiendo a 3 mil 700, entre otras
Unos 26 millones de trabajadores estaban recibiendo beneficios de desempleo en septiembre, sin contar millones más en el sector informal y los trabajadores indocumentados en las cifras oficiales de desempleo mientras Trump insiste en que todo va mejorando.
Mientras tanto, esta elección de 2020 -incluyendo las contiendas presidencial y las legislativas- será la más cara en la historia con un costo total de casi 11 mil millones de dólares, calcula el Center for Responsive Poltiics.
A poco más de un mes de la elección, Trump sigue perdiendo frente al demócrata Joe Biden en las encuestas nacionales por un margen significativo -el más amplio entre contendientes en más de 20 años. La conclusión de varios analistas es que su insistencia en minar la legitimidad del proceso electoral es resultado de que está enfrentando por ahora la creciente posibilidad de que no podrá ganar, de manera legítima, esta elección.