Ciudad de México. En dos años 150 millones de personas en el mundo caerían en pobreza extrema por efecto de la crisis producida por el coronavirus y su afectación central en países en desarrollo, informó el Banco Mundial.
“El impacto negativo en la salud y la educación puede durar décadas”, agregó David Malpass, presidente del organismo. Hasta el momento 80 millones de niños están perdiendo las vacunas esenciales y más de mil millones de niños no han regresado a la escuela.
En ese sentido, en una reunión convocada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) dijo que pese a los programas de financiamiento a los países más pobres, los niveles de deuda en éstos y el pago por su servicio acortan el margen para atender “la tragedia humana de la pandemia” y bloquea nuevas inversiones.
Denunció que pese a la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) por la que se acordó con el G-20, la suspensión de cobros de deuda hasta 2020 “ha abierto algo de espacio fiscal para los participantes, pero el alivio hasta ahora es demasiado superficial”.
Primero porque los acreedores comerciales no participan en la moratoria, lo que agota el financiamiento proporcionado por las instituciones multilaterales; además de que algunos acreedores bilaterales no participan plenamente.
A ello se suma la falta de transparencia en contratos importantes. Por ello, Malpass llamó a Naciones Unidas para que dé su apoyo frente a los acreedores bilaterales y éstos participen en los programas de moratoria de la deuda que el Banco Mundial ha pedido extender hasta 2021.
Por su parte, Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró que respecto a mayo el panorama económico internacional ha mejorado. No obstante, “si bien hay signos de recuperación, es parcial, desigual e incierta”.
En particular, describió una “situación grave” en muchos países de ingresos bajos y medios, por lo que dijo que era importante mantener el apoyo a las personas y empresas, así como reestructurar las deudas de esas economías.