Ciudad de México. Al recibir este sábado el Premio Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada, el escritor y músico guerrerense Emilio Ángel Lome destacó la importancia de vigorizar y visibilizar en México al arte y la cultura para niños y jóvenes.
Señaló que acciones y actos como el realizado en ese momento sirven para que los artistas y creadores que dirigen su trabajo hacia ese sector puedan hacer hincapié en tal necesidad.
El también investigador y tallerista obtuvo dicho galardón, que convocan el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y el gobierno del estado de Campeche, por su libro María Teresa de los pies a la cabeza, al que definió como “un homenaje a la cultura del son jarocho y sus diversas y gozosas modalidades y ejecutancias, pero desde una mirada femenina”.
El jurado –integrado por los escritores Elisa Ramírez, Ernesto Lumbreras y Marco Antonio Vázquez-- eligió por unanimidad el citado volumen, de entre los 182 participantes este año, al considerar que “propone, desde un Tlacotalpan real y transfigurado, una universalidad de inacabada imaginería más allá del color local”.
El fallo consigna que el autor “sabe entramar el lenguaje literario y la tradición popular, la prosa y la poesía, la magia, la realidad y el deseo. Cada relato presagia como tema y pretexto un parte del cuerpo humano que otorga a la obra un sentido orgánico de múltiples y bellas correspondencias”.
La ceremonia fue virtual y transmitida en vivo vía streaming. Participaron la subdirectora del INBAL, Laura Ramírez; la coordinadora nacional de Literatura, Leticia Luna; y el secretario de Cultura de Campeche, Delio Carrillo.
Emilio Ángel Lome dedicó el premio a todos los contadores de historias del país y, en especial, al fallecido escritor chiapaneco Eraclio Zepeda. Resaltó que la obra ganadora es “un encorazonado tributo a los pasados, presentes y futuros linajes de jaraneras, versadoras, zapateadoras, decimistas, arpistas, cantadoras y demás oficiantes con protagonismo visible o anonimatos solidario”.
Afirmó que homenajearlas es también una manera de validar a la tercera raíz: “Ese registro innegable e imprescindible legado africano, ese primigenio sustrato de negritud que sigue vitalizando y singularizando las manifestaciones culturales de muchas regiones de nuestro país”.
Señaló que el libro, conformado por 17 cuentos, es asimismo una invitación a generar entre niños y adultos una relación con el cuerpo como vehículo de un poder significativo, exploratorio, placentero, gozante, y aseguró que un país con cuerpos reprimidos, contenidos y avergonzados no puede reinventarse para una transformación.
“Son las artes, las expresiones artísticas, la medicina más benigna y necesaria para la activación impostergable de nuestros cuerpos y nuestros imaginarios”, aseveró.