De acuerdo a la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), el glifosato es un “producto de bajo impacto ambiental y toxicidad” y advirtió que dejar de utilizar el agroquímico generará mermas en la producción de entre 30 y 40 por ciento.
En el encuentro virtual El Glifosato: ¿Qué es? y su importancia para el campo, el ingeniero agrónomo Luís Eduardo González Cepeda, vocero de la UMFFAAC detalló que el producto “es una cadena muy corta (de elementos químicos) que fácilmente se descompone y unos días después de la aplicación el producto desaparece. Su carga química es muy baja, se descompone en el suelo, porque no entra al sistema del cultivo, entra en la maleza la elimina y ésta se descompone en materia orgánica”.
Detalló que el glifosato “no es residual, esto es dura máximo unos siete días y luego se descompone; es de amplio espectro, lo que significa que controla cientos de malezas y es sistémico; es decir se mete por las hojas penetra la raíz y elimina la maleza”.
Además, aseguró que “no es volátil, no se va a la deriva y aparece por otro lado, sino que ahí se queda y se desintegra; no es persistente, y en el caso que se quede pegado a las arcillas o la raíz se descompone en un máximo de 22 días, ello a diferencia de otros materiales que duran más”.
Añadió que tampoco se lixivia, por lo que es muy complicado que llegue a los mantos freáticos, porque se va adhiriendo a las arcillas del suelo y ahí se va descomponiendo, puede solo unos 30 a 40 centímetros, y desaparece, no existe más glifosato“.
Tras asegurar que circulan muchas “fake news” y “mitos” sobre el agroquímico, aseguró de forma categórica que “el producto no se aplica a los cultivos, eso es falso, si se aplicara al cultivo, se muere el cultivo”.
González Cepeda tampoco se ha confirmado que cause daños a la salud. “La Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA) ah dicho que es improbable que el glifosato sea un peligro cancerígeno” y sostuvo que prueba de ello es que “la Unión Europea en noviembre de 2017 renovó la licencia del glifosato por cinco años más, hasta diciembre de 2022".
También dijo que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) en abril de 2019 dijo que “no hay riesgos para la salud pública cuando se usa el glifosato de acuerdo a su etiquetado y que no es cancerígeno” y en el mismo sentido se pronunció la Autoridad Reguladora de Manejo de Plagas de (PMRA) de Canadá, la cual “concluyó que el glifosato es poco probable que suponga un riesgo de cáncer humano”.
Así mismo, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), “en marzo de 2015 reclasificó al glifosato como probablemente cancerígeno para los seres humanos, y lo colocó en el grupo 2A, donde se encuentran 88 agentes: consumo de carne roja, bebidas muy calientes, ser peluquero, trabajar de noche, trabajar el vidrio, entre tras”.
El gobierno federal ha planteado la eliminación total del uso de glifosato en México para 2024. En el país la agroindustria utiliza 20 millones de litros del herbicida al año.