Ciudad de México. Músicos de jazz coinciden en que la pandemia y el confinamiento derivado de la misma los han hecho extrañar el contacto humano. Esos músicos son Enrique Toussaint, Héctor Infanzón y Diego Maroto, quienes esta semana se reunieron virtualmente con el fotógrafo Fernando Aceves para hablar sobre sus experiencias e impresiones en torno a este periodo de la humanidad.
Convocados por la Universidad de Guadalajara, dentro del marco de las mesas de diálogo “Creadores en Aislamiento”, los músicos hablaron de su experiencia en los últimos meses. En el caso de Toussaint, el confinamiento le ha servido “para tocar más, para inventarme nuevas formas de crear, de introspección y reflexión”.
Héctor Infanzón, por su parte, ha estado terminando de producir dos discos que grabó antes de la pandemia, mientras que Maroto admitió haber pasado momentos de mucha incertidumbre, sobre todo respecto a su quehacer profesional. Con el paso del tiempo los músicos han logrado habituarse, lo que les ha permitido terminar o seguir trabajando en proyectos pendientes.
Para los tres, la música ha cumplido un papel indispensable durante la época de distanciamiento social. Infanzón la describió como “un apapacho que ha sido abrazador”.
En tanto, Toussaint habló de la responsabilidad que implica componer música. “Todas las profesiones deben de cambiar el enfoque hacia el otro, tenemos una responsabilidad hacia el otro, y como músicos todavía un poco más porque tenemos la capacidad de afectar emocionalmente, y funcionar como un bálsamo curativo. Hay que tomar eso, creo yo, que con humildad y con una conciencia de responsabilidad”, indicó Enrique.
Como parte de esas mismas reflexiones, Toussaint considera que que es necesario repensar la manera en que se observa su labor y la de los demás. “Si te pones a pensar, la económica del planeta depende de toda la gente a la que nunca le ponemos atención, de toda la gente que está sirviendo en restaurantes, los taxistas, enfermeras, son la gente que está manteniendo este mundo en movimiento”.
Sobre los cambios que ha sufrido la industria musical, Héctor Infanzón opina que constituyen una buena oportunidad para plantear alternativas a lo ya establecido. “Yo creo que estamos en un momento muy crítico, ese momento interesante que, creo nos hacía falta, de hacer esta conexión con el público”, dijo el compositor.
Que los conciertos hayan sido prohibidos en prácticamente todo el mundo, ha ocasionado que aparezcan alternativas en línea que Infanzón ve como parte del surgimiento de “un escenario más grande”, es decir, una oportunidad para alcanzar a otros públicos.
Los músicos también hablaron de la crisis económica que atraviesan muchos de sus colegas. Algunos de los cuales han tenido que recurrir a actividades alternativas para poder subsistir, otros teniendo incluso que vender sus instrumentos.
“No puedo evitar ver ese universo paralelo en donde yo no vivo de la música, vivo de otra cosa. Y también puedo llegar a abrazar una situación así, pero estoy aquí, en este mundo, para hacer música hasta el último de mis días”, aseguró Maroto, luego de contar que se ha planteado cambiar su profesión a raíz de la pandemia.
No obstante, los tres coincidieron en la importancia de la música como parte indispensable de la vida tanto de músicos como de oyentes. Durante más de una hora, los músicos compartieron sus cotidianidades y reflexiones sobre el periodo extraordinario que vivimos.