Nueva York. A seis semanas de la elección nacional se registraron 200 mil muertos por el Covid-19 en el país más rico y supuestamente preparado del mundo, pero la prioridad para Donald Trump y la cúpula republicana fue consolidar su poder derechista en la Suprema Corte.
Una y otra vez Trump ha buscado minimizar la pandemia lo cual continuó esta semana al llegar a las 200 mil muertes, algo que todos saben es evidencia del fracaso en le manejo de la crisis sanitaria y ahora económica por el gobierno de Estados Unidos.
El lunes, Trump afirmó que el Covid “prácticamente no afecta a nadie”, y hoy repitió que él ha hecho una labor “estupenda” e “increíble” contra el virus. Su vocera en la Casa Blanca Kayleigh McEnany, preguntada por la cifra de los 200 mil muertos, respondió que ya que algunos habían proyectado hasta 2 millones de muertos, la cifra marcada hoy es testamento a la gran labor del presidente.
Estados Unidos es el líder mundial en contagios -casi 6.9 millones- y muertes por Covid 19 -con 5 por ciento de la población mundial pero con un 20 por ciento de los fallecidos.
Los demócratas continúan tratando de colocar el manejo irresponsable de la pandemia por el presidente al centro del debate electoral. Hoy el candidato presidencial demócrata Joe Biden envió un mensaje con la cifra de 200 mil repitiendo: “no tenía que ser así”.
Fue el 29 de febrero cuando se registró la primera muerte confirmada por Covid-19; el 23 de mayo el saldo llegó a 100 mil; hoy llegó al doble.
Pero la prioridad para la cúpula republicana no es la pandemia y sus consecuencias, sino la conquista de la Suprema Corte.
Aún antes de que Trump anuncie a su candidato como próximo juez de la Suprema Corte, y antes de que sea enterrada la juez liberal Ruth Bader Ginsberg dejando vacante el puesto, los republicanos están listos para consolidar el control conservador del máximo tribunal, con consecuencias para casi todo asunto nacional, desde derechos y libertades civiles, el derecho al aborto, inmigración, sistema penal, y el proceso electoral.
Con el anuncio del senador Mitt Romney este martes, crítico del presidente, de que se alineará con los deseos de Trump y el líder republicano del Senado Mitch McConnell, los republicanos ya cuentan con los votos necesarios para la ratificación
Trump informó por su parte su intención de anunciar su selección -la cual dice será una mujer- el sábado.
Los demócratas no pueden frenar el proceso, aunque intentarán demorarlo, y ahora la Casa Blanca y los senadores republicanos procederán a ratificar al candidato antes de las elecciones nacionales del 3 de noviembre.
Los demócratas han criticado la “hipocresía” de los republicanos quienes argumentaron en 2016 que no podían permitir la ratificación del juez nominado por Barack Obama a la Suprema Corte por ser un año electoral. Pero Trump dejó claro que esto no se trata de principios, sino de poder, señalando el lunes que “cuando uno tiene [la mayoría] del Senado -cuando uno tiene los votos- uno puede… hacer lo que uno quiera”.
El proceso tan rápido y efectivo para lograr este objetivo contrasta con la manera en que han respondido a la crisis económica provocada por el Covid-19, donde los legisladores republicanos no han promovido otro paquete de asistencia para los afectados -millones de desempleados y gente que está perdiendo sus hogares, entre otros.