Ciudad de México. En México entre 800 mil y 900 mil personas padecen Alzheimer esporádico, lo que representa el ocho por ciento de los adultos mayores de 65 años, revelan especialistas de la UNAM.
Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra el 21 de septiembre, María del Carmen Cárdenas-Aguayo, titular del Laboratorio de Reprogramación Celular y Enfermedades Crónico-Degenerativas del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que
Esta es la demencia más común: el 99 por ciento de los casos se presenta de forma esporádica y sólo el uno por ciento es de tipo familiar o genética.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a cerca de 50 millones de personas en el mundo, de las cuales alrededor del 60 por ciento viven en países de ingresos bajos y medios.
Cárdenas-Aguayo alerta que se espera que en 2050 esta cifra se triplique en todo el orbe, es decir, afectará a 152 millones de personas.
Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez, experta del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, también comenta sobre este tema y expresa que debido a la actual pandemia por la COVID-19, un alto porcentaje de los adultos mayores que han fallecido tenía algún tipo de demencia, incluida la de Alzheimer.
"En México no se tiene ese dato, pero considero que sería un aspecto interesante para buscar. En Canadá, se tiene el dato de que por lo menos el 60 por ciento de los ancianos padecía algún tipo de demencia incluida la demencia de Alzheimer y eso es algo de tomarse en cuenta, porque finalmente produce un deterioro cognitivo severo” y los hace vulnerables, precisa la investigadora del IIBm.
En 1906 el siquiatra alemán Alois Alzheimer describió por primera vez un tipo de demencia ocasionada por neurodegeneración, para la cual, hasta el día de hoy no hay cura y, aunque no se sabe qué la provoca, está comprobada su relación con la inflamación crónica y deterioro progresivo en el cerebro.
Aún no se sabe qué detona la enfermedad, pero se sabe que hay factores que influyen en su desarrollo, como la diabetes o la obesidad, mala salud cardiovascular, hipertensión arterial, e inclusive la contaminación ambiental.
“Respecto de la contaminación ambiental hay varios estudios que apuntan que la presencia de ciertas partículas en el ambiente, en el aire que respiramos, pueden tener acceso al cerebro y causar un estado de inflamación que pudiera ser un factor de riesgo importante”, externa Arias Álvarez.