Ciudad de México. Los estragos derivados de la pandemia del Covid-19 aún afectan a los parques acuáticos en el país, pues si bien la mayor parte ya opera de nuevo, empresarios de ese ramo consideran que están a la mitad de la crisis económica y prevén alcanzar una recuperación hasta 2023.
Gerardo Gallo Casas, presidente de la Asociación Mexicana de Parques Acuáticos y Balnearios (Ampaba) comentó en entrevista que en los estados donde hay un mayor número de negocios de este tipo, como es el caso de Morelos, Jalisco e Hidalgo, las actividades regresaron con aforo limitado debido al semáforo epidemiológico de cada uno de las entidades, mientras que en Veracruz aún permanecen cerrados.
Destacó que la pérdida de ingresos en estos meses ha sido del 90 por ciento, pues las unidades económicas cerraron durante Semana Santa, los meses de más calor como mayo y junio, así como el verano.
Tras destacar que “dentro de las malas noticias, la buena es que han podio abrir”, los parque acuáticos se enfrentan a un panorama complicado.
Abundó que en este momento se suma una temporada baja, el regreso a clases en un modelo donde demanda mucha atención por parte de los padres de familia, un entorno económico severamente golpeado después de tantos meses de encierro y el temor de la sociedad a un posible contagio, lo cual resulta en afluencia baja a los balnearios, respecto a los niveles que reportaban en años anteriores.
Agregó que en este mes comienza a bajar la afluencia de visitantes a los parques acuáticos, por lo que en los siguientes meses serán menos las personas que visiten esos lugares por la cercanía del invierno.
Inquirido sobre la recuperación de ese sector, Gallo Casas comentó que prevén que en Semana Santa de 2021 comience, pues en estos momentos están a la mitad de la crisis económica.
Agregó que para retomar los niveles que registraban hasta antes de la pandemia tendrán que pasar la menos otros tres años más, es decir hasta 2023.
El presidente de la Ampaba señaló que los parques pequeños la recuperación será acelerada, pues tienen menores cargas en sus egresos, mientras que a los más grandes les costará más trabajo por ser temporada baja.
Destacó que durante el cierre temporal hicieron “un esfuerzo heroico por sostener las nóminas”, ya que hicieron un compromiso con los trabajadores. Detalló que se tuvieron que hacer ajustes, pero no hubo despidos masivos.
Inquirido sobre la rentabilidad de este tipo de negocios, comentó que ayuda el tener ingresos, aunque el aforo sea bajo, pero ningún negocio puede soportar un año sin ingresos.
Sostuvo que algunos parques ha reestructurado su deuda, mientras que en otros se han ajustado las fianzas y se optimizan los gastos ante la actual situación.
Sin embargo, enfatizó que la preocupación más grande que tienen como sector es que a principios de año ocurra un rebrote que obligue a cerrar nuevamente, pues perder otra temporada alta “sería muy fuerte.”
A pesar de ello, dijo, los empresarios de parques acuáticos ven con optimismo el panorama y confían en que la población vaya tomando confianza, pues cuentan con muchos protocolos y lineamientos de higiene, además de contar con la característica de ser espacios abiertos que permiten guardar la distancia social.
Acotó que si bien la adopción de estas medidas representan una inversión extra, están conscientes de que estos serán costos fijos que llegaron para quedarse, pues son parte de la reinvención de estos lugares.