Ciudad de México. Las universidades en México no han tenido la capacidad de abrir su horizonte y entender que el país es una cosa muy distinta de lo que se construye en las altas torres de investigación con los científicos de excelencia, que sin duda son necesarios; pareciera que tienen una desconexión con la realidad del país, afirmó este viernes Raque Sosa, las Universidades para el Bienestar "Benito Juárez García" (UBBJ).
En una conferencia en Palacio Nacional, la socióloga y doctora en Historia, señaló que con las Universidades para el Bienestar, uno de los proyectos prioritarios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, “nos planteamos una experiencia educativa mirando donde otros se han negado a mirar en toda la historia, reconociendo la autoridad de quienes han sido despojados, vulnerados, violentados, olvidados, aislados, alejados”.
Acompañada del subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro, Sosa explicó que este proyecto de educación gratuita que cuenta con 75 sedes instaladas en poblados de menos de 45 mil personas en áreas rurales y semirurales y tiene planes de llegar a al menos 140 universidades en las que no hay exámenes de admisión, “no se trata de lástima o caridad”.
Tampoco, sostuvo, es “la educación para los pobres”. Lo que se ha hecho con la puesta en marcha de estas universidades, afirmó, es reconocer la autoridad a las comunidades, “la autoridad que deben tener, porque son quienes saben y han permitido la supervivencia de la sociedad en su conjunto”.
Consideró que la parte más difícil que ha enfrentado el proyecto “es la transformación de los docentes”, que fueron formados en un sistema educativo que fomenta el trabajo individual y la competencia. “Venimos todos de un sistema, por decir lo menos, obtuso. Entonces desaprender para aprender, para dejar atrás el autoritarismo caciquil que es propio de la academia, sobre todo de la academia de altos vuelos científicos, es difícil”.
Ha sido un reto para los docentes aprender a vivir en una academia que no se norma por criterios de competitividad, productividad, excelencia e individualismo, expuso.
Añadió que si en los próximos años se mantiene el presupuesto con el que ha contado hasta ahora el programa, existe la capacidad suficiente para instalar hasta 200 universidades al final del sexenio. “Todo dependerá de la autorización del presupuesto, del impacto de la crisis económica y de que mostremos que podemos consolidar esta experiencia educativa y no simplemente crecer a lo loco”.