Ciudad de México. La actividad económica en México caerá hasta 10.2 por ciento en 2020 y la recuperación en 2021 se quedará en 3 por ciento, estima la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Las proyecciones implican un mayor deterioro en la actividad económica durante 2020 al anticipado en junio pasado, cuando se advirtió que el país entrará en una “grave recesión”. En lo previsto para 2021 no reportan cambios de la base más pesimista.
La perspectiva de México va a contracorriente de las previsiones para la economía mundial. La OCDE prevé que el PIB mundial disminuya 4.5 por ciento este año, antes de repuntar 5 por ciento en 2021, por arriba de lo expuesto en junio pasado.
“Las proyecciones asumen que continuarán los brotes locales esporádicos, que se abordarán mediante intervenciones locales específicas en lugar de cierres nacionales”, detalló la organización. También parten de que una vacuna no estará ampliamente disponible hasta finales de 2021.
En los estimados previos, la OCDE apuntó que en México la caída del producto interno bruto (PIB) en 2020 sería al menos de 7.5 por ciento, pero podría llegar hasta 8.6 por ciento en caso de una segunda ola del brote de Covid-19 antes de que terminara el año.
Respecto a las expectativas que la organización publicó en junio pasado, las proyecciones liberadas este 16 de septiembre ponen al país dentro de los cinco con las revisiones a la baja más amplias.
Así, el 10.2 por ciento de contracción que se estima para la economía mexicana en 2020, la pondría como la cuarta más afectada entre los países del G20, en los que se genera el 85 por ciento del PIB mundial.
También rebasan el escenario de mayor decrecimiento previsto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el Paquete Económico, estimado en 10 por ciento como límite.
Contracciones más profundas que en México se prevén en Sudáfrica, donde se calcula un decrecimiento de 11.5 por ciento en 2020; en Argentina de 11.2 por ciento y en Italia, de 10.5 por ciento.
El crecimiento hacia 2021 no tuvo cambios. En junio, la OCDE subrayó que en el “escenario más pesimista” la economía caería 8.6 por ciento el año en curso y crecería 3 por ciento el siguiente. Este último número se repite en el informe Perspectivas Económicas Provisionales liberado por la mañana.
Como marco, las revisiones a las expectativas de la economía mundial se despegan del colapso en la actividad económica advertido tres meses atrás por la organización, cuando estimó que la caída de este año podría ir de 6 a 7.7 por ciento, y la recuperación en 2021 de 5.2 a 2.8 por ciento.
Aún con ello, la merma en la producción mundial “no tiene precedente en la historia reciente”. Esto se debe a que “colapsó en la primera mitad de 2020 cuando la pandemia de Covid-19 se afianzó e implicó disminuciones de más de una quinta parte en algunas economías avanzadas y de mercados emergentes".
Como resultado, se estima que el PIB al término de 2021 se mantenga por debajo del de fines de 2019, y considerablemente más débil de lo proyectado antes de la pandemia, “lo que destaca el riesgo de costos a largo plazo de la pandemia”, advirtió la OCDE.
“Sin el apoyo político rápido y eficaz introducido en todas las economías, la contracción de la producción habría sido sustancialmente mayor”, consideró. Sin embargo, el matiz va de nación a nación. Por ejemplo, China se enfila a ser la única economía que crezca este año.
También el repunte está fragmentado por sectores. El gasto de los hogares en muchos bienes duraderos se ha recuperado relativamente rápido, pero el que va a servicios, especialmente aquellos que requieren una proximidad cercana entre trabajadores y consumidores o viajes internacionales, no crece.
En este panorama, un “resurgimiento más fuerte del virus, o medidas de contención más estrictas, podrían recortar 2-3 puntos porcentuales del crecimiento global en 2021, con mayor desempleo y un período prolongado de débil inversión”, advirtió la OCDE.
Por ello, llamó a las economías a mantener los apoyos a las políticas fiscal, monetaria y estructural “para preservar la confianza y limitar la incertidumbre”.