Las Vegas. En abierto desafío a las regulaciones del estado y de las recomendaciones sanitarias contra la pandemia de su propio gobierno, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró el domingo su primer mitin en un espacio cerrado desde junio.
En un abarrotado recinto en Nevada donde apenas se veían mascarillas, Trump dijo al público que el país estaba “en el último trecho” del camino para derrotar al virus.
Deseoso de transmitir una sensación de normalidad, Trump disfrutó de los entusiastas vítores en un almacén. Pocos de los asistentes llevaban mascarillas, con una clara excepción: los que estaban en las gradas justo detrás de Trump, y cuya imagen terminaría en televisión, recibieron orden de cubrirse el rostro.
El mandatario no había reunido a sus seguidores en interior desde un mitin en Tulsa, Oklahoma, al que se atribuyó un auge de contagios de coronavirus. Trump no mencionó en un principio la pandemia que ha matado a casi 200.000 estadounidenses y sigue cobrándose mil vidas al día.
“No volveremos a cerrar el país. Un cierre destruiría las vidas y sueños de millones de estadounidenses”, dijo Trump antes de emplear su provocador epíteto para el coronavirus. “Derrotaremos muy fácilmente al virus de China”.
El mitin en Tulsa, que fue el primero en los tres meses desde que el coronavirus llegara a las costas estadounidenses, fue un desastre para la campaña, una debacle con asientos vacíos y un repunte de casos de Covid-19, incluidos algunos empleados. Un destacado partidario de Trump que asistió, el empresario y excandidato a la presidencia Herman Cain, murió de Covid-19 unas semanas más tarde, aunque no estaba claro si se había contagiado en Tulsa.
Reconociendo que muchos seguidores se sentían incómodos en grandes aglomeraciones en espacios cerrados, donde el virus se propaga con más facilidad, la campaña de Trump optó por celebrar mítines más pequeños al aire libre, normalmente en aeródromos. Pero esos actos han ido haciéndose más grandes en las últimas semanas, sin apenas distanciamiento social y con pocas mascarillas.
Y el domingo volvieron a estar bajo techo, debido en parte al calor en la zona de Las Vegas. Se hicieron controles de temperatura corporal a la entrada del recinto en Henderson, y aunque se instó a utilizar mascarillas, pocos las llevaban.
El gobernador de Nevada, el demócrata Steve Sisolak, limitó en mayo a 50 personas las aglomeraciones tanto en interior como al aire libre, una recomendación basada en los lineamientos de la Casa Blanca. En un comunicado publicado justo antes de que comenzara el mitin, Sisolak dijo que Trump estaba “tomando medidas imprudentes y egoístas que ponen en peligro un sinfín de vidas aquí en Nevada”.
Los votantes de Estados Unidos van a las urnas para decidir quién se convertirá en el próximo presidente de su país, el martes 3 de noviembre de 2020. Vía Graphic News