Ciudad de México. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el flujo mundial de remesas en 2020 caiga hasta 17 por ciento, debido a la contracción de la economía en los países de acogida.
De acuerdo con la organización, las llegadas de estos recursos “han resistido sorprendentemente bien” en la primera mitad del año –como en Bangladesh, Pakistán, Kenia y México- pero una crisis prolongada entorpecerá el flujo de este dinero.
En una publicación a cargo de sus economistas, Saad Noor Quayyum y Roland Kangni Kpodar, detalló que el panorama para las remesas varía de país a país, pero en general van al compás de las políticas de contención del virus SARS-CoV-2 en los países avanzados.
Así que al asociarse el flujo de remesas con la caída en el producto interno bruto (PIB) de las principales economías de las que salen, una contracción de 8 por ciento en Estados Unidos se traduciría en que las remesas que produce ese país lo hagan 15 por ciento.
En la Zona Euro, un decrecimiento de 10.2 por ciento en el PIB tendría un impacto de 19 por ciento menos en los flujos de remesas que parten de esta región.
En el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo una contracción de 7.1 por ciento se vería a la vez en una reducción de 13 por ciento en las remesas. Y en Rusia una caída de 6.6 por ciento en la actividad económica impactaría en 24 por ciento los recursos que envían los trabajadores a sus países de origen.
El FMI estimó que la recuperación de las remesas podría estar impulsada por una mayor necesidad de enviar dinero a las familias, ya que los países receptores enfrentan ahora las dificultades de la pandemia y de la caída de la demanda externa.
Sin embargo, “en caso de que los migrantes estén recurriendo a sus exiguos ahorros para apoyar a sus familias en sus países, esto no será sostenible en el tiempo, en especial si la recesión en las economías de acogida se prolonga”, agregó.
Por ello, llamó a generar los mecanismos de protección para migrantes tanto en los países donde trabajan, como a los que envían los recursos, pues enfrentan la pandemia sin amortiguadores de trabajo, seguridad social ni sanitaria.
La remesas en 2019 superaron el 5 por ciento del PIB en 57 países. “El dinero se dirigió principalmente a los hogares de bajo ingreso. En el contexto de la actual crisis sanitaria, la necesidad de este ingreso es acuciante”, subrayó el FMI.