Olga Wornat, en su libro Felipe, el oscuro lo califica de cínico, hipócrita y un ambicioso de poder
elegido por las élites económicas para defender sus intereses, así como de llevar sobre sus hombros la pesada maleta de ese sexenio de la muerte
.
El ex mandatario, por su parte, hace en Decisiones difíciles una apología de sí mismo con una defensa de su gestión y sus actos como jefe del Ejecutivo entre 2006 y 2012.
La periodista Wornat narra en el prólogo de su libro cómo la obra fue censurada en 2012, así como las amenazas a ella y su familia y de las que señala al gobierno calderonista.
Desde Buenos Aires, donde quedó atrapada
por la pandemia de Covid-19, la autora conversó con La Jornada.
–¿Esperaba el impacto que ha causado este libro?
–Estoy realmente sorprendida. No pensé ocurriera esto. Incluso comenté con amigos: Ay, este libro pasará sin pena ni gloria
. Fue escrito para publicarse en aquel 2012 y no pudo ser. Y hubo acontecimientos posteriores, graves, que fueron desnudando todo el sexenio de Calderón y que no pude investigar. Entonces, no es un libro sobre el narcotráfico. Por eso pensé ¿a quién le va a importar? Y, sin embargo…
“Puse mi alma, mi corazón, sentimiento, mi bronca y todo lo que consideraba debía estar ahí. Mi trabajo. ¡No sabes la de gente que hoy me escribe y llama de todas partes de México!
Quise contar la trastienda de ese poder, no la morbosa, sino la tenebrosa, la de un poder fraudulento, corrupto, impúdico y siempre en lo oscurito, porque éste fue diferente al de Vicente Fox, que era a la vista de todos, aunque en el fondo ambos eran iguales.
–¿Modificó el texto original?
–Obviamente actualicé, agregué información y retomé mis fuentes para reconfirmar sus dichos. Fue un trabajo intenso. Es mejor escribir un libro de cero que rescribir y editar algo que hiciste hace años y no lo volviste a ver. Hubo capítulos a los que di vuelta completamente.
–¿Teme alguna reacción del ex presidente Calderón o de cercanos a Genaro García Luna por lo que escribe?
–No, para nada. Acabo de enterarme de que Calderón declaró no saber que escribía un libro sobre él. Y yo digo, ‘¡este hombre perdió la memoria o qué! Le pedí personalmente dos veces la entrevista. Además, viajé a Michoacán. Es imposible que él no se enterara. Hablé con su familia, con sus amigos, al igual que con cercanos a Margarita [Zavala].
Aún más: cuando comenzaron las amenazas, le encargaron a Felipe Zamora [subsecretario de Gobernación fallecido en el accidente de helicóptero de noviembre de 2011 donde también murió el titular, Francisco Blake] tomar contacto con el gobierno argentino; y todo eso no se hace sin el aval del Presidente, lo mismo que las amenazas...
–¿Y qué opina sobre esa actitud?
–Me parece parte de su cinismo, de su hipocresía y de toda esa gran burbuja en la que vive e inventó por su ambición y su adicción al poder.
“Considero a Margarita su socia y donde el amor entre ambos está en un segundo plano. Son más una sociedad político-amorosa a la que no creo que los mexicanos les den su confianza. Sería un show.
Ella carga una pesada mochila encima que es él. Y Felipe, lleva la pesada maleta de ese sexenio de la muerte que es el suyo, aunque desea fervientemente volver al poder y de alguna manera tener fuero.
–¿Qué piensa sobre la consulta que se propone para enjuiciar a los ex presidentes?
–Me parecería genial que pudiera hacerse esa consulta. Pero también pienso: ¿a qué resultado llevaría aunque la gente dijera sí?
Creo que sólo deberían presentarse las prueba contra ellos ante la justicia y que ésta se encargue; mi temor es que todo quede en la mera consulta y ésta resultara un fracaso.
–¿Coincide en que grupos antagónicos al gobierno ven en Calderón alguien con la posibilidad de hacerle frente?
–Claro, y me parece espantoso, horrible. Pero no me extraña. Eso hacen las élites económicas que defienden sus intereses. Pasa así en México y en toda América Latina. No me sorprende para nada que elijan a Felipe Calderón porque es alguien a quien pueden manejar, que les daría la posibilidad de seguir haciendo sus negocios.