Con la movilización, que tiene la finalidad de buscar una mesa de trabajo con el presidente Andrés López Obrador en la Ciudad de México, se exigió también a la administración federal que atienda necesidades prioritarias, pendientes desde hace años, además de que expresó su apoyo a comunidades étnicas de Chiapas, así como al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Entre las demandas destacan servicios de salud y educación, que se envíen maestros a zonas rurales de Guerrero y Chiapas, que sean desarticulados los grupos paramilitares, programas de alimentación y pavimentación de caminos. Asimismo, demandan reducir las tarifas de energía eléctrica y terminar con la inseguridad.
Los activistas, provenientes de las regiones de la Montaña Baja, costas Chica y Grande de Guerrero, se desplazaron a bordo de un autobús y varias camionetas y se concentraron ayer alrededor de las 10 de la mañana en la caseta de cobro de La Venta de la Autopista del Sol México-Acapulco.
Ahí solicitaron cooperación económica a automovilistas durante aproximadamente dos horas hasta que, hostigados por efectivos de las policías Federal y estatal guerrerense, se trasladaron a la caseta de cobro de Palo Blanco, en Chilpancingo.
En ese lugar gritaron consignas, entre ellas “¡Alto a la guerra narcoparamilitar contra los pueblos indígenas de México!”, y dieron lectura a un posicionamiento dirigido al EZLN y a los pueblos zapatistas, al CNI-CIG, al igual que a la Sexta Nacional e Internacional, entre otros organismos.
Venimos aquí para que los turistas, los medios de comunicación y el pueblo de México nos vean, porque mientras estamos muriéndonos de desnutrición en nuestros pueblos, nadie se asoma, allá nadie nos va a ver
, acotaron en su documento.
Los participantes en la caravana explicaron: Apenas tenemos para mal comer. Es más, muchos de los aquí presentes votamos porque creímos en un cambio, pero ya son dos años de gobierno (federal, encabezado por López Obrador) y a nuestros pueblos nomás no llega ninguna transformación ni nada
.
Declararon que la pobreza lentamente nos va asesinando por desnutrición; son cientos de niños y niñas que sólo comen frijoles, tortillas y chile todos los días de su vida; no hay verduras, no hay frutas. Aquí no se conoce más que en los libros lo que es una dieta balanceada. Y poco a poco vemos cómo a nuestros hijos les salen los jiotes, se ponen enfermos y muchos de ellos mueren, porque cuando les da una enfermedad de esas que según tienen cura, no la aguantan; otros no pueden aprender ni concentrarse en la escuela por el hambre
.
Aseguraron que en sus pueblos los médicos llegan cada mes, y sólo llegan uno o dos médicos generales cuando mucho para atender a cientos de personas desnutridas o con enfermedades crónicas, y sabemos que no es culpa de los médicos, que cuentan con muy pocos recursos
.
En cambio, indicaron, en los cuarteles militares se ve que tienen bastantes recursos para movilizarse rápidamente y que están bien equipados con mucha tecnología. Lo peor es que ni siquiera estén frenando la delincuencia; esa crece cada día más y también pasa a chingarnos: nos obligan a trabajar para cometer sus crímenes. Nos amenazan, nos someten
.
Afirmaron que si deciden liberarnos de los criminales y enfrentarlos porque el gobierno no hizo su trabajo, entonces también se van contra nosotros
, y que la guerra de exterminio contra los pueblos indígenas no ha concluido.
Elementos policiacos acudieron a la caseta de Palo Blanco, por lo que los contingentes partieron poco después del mediodía a la Ciudad de México, adonde arribaron cuando atardecía. Al cierre de esta edición, la policía capitalina escoltó a la caravana al Zócalo, donde los activistas planeaban instalarse y demandar hoy solución a sus peticiones.