En una reunión que sostuvieron hace unos días con el artista representantes del Colegio de Profesores, instancia que administra el lugar, se acordó restituir la obra; sin embargo, no se fijó una fecha dada la contingencia sanitaria.
Lo anterior fue informado por la Corporación Pilmaiquén, organización gestora y realizadora en 2018 del segundo Encuentro Internacional de Muralismo Canto y Poesía, en homenaje a la premio Nobel de Literatura 1945, actividad durante la que Castellanos realizó el mural.
En un comunicado, esa instancia explica que en enero quisieron restaurar la obra dañada en diciembre por un grupo sectario de ultraderecha
; sin embargo, se toparon con la actitud obstruccionista de parte del presidente provincial del Colegio de Profesores, Carlos Hurtado
, quien en abril, con el argumento de que se remodelaría el inmueble, mandó pintar los muros sin tomar en cuenta que la obra de arte ya formaba parte del patrimonio cultural de la comunidad y que además se ha violado la propiedad intelectual del autor de la obra, lo que expone a la entidad gremial a enfrentar acciones judiciales incluso de carácter internacional
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Polo Castellanos dijo a La Jornada que su mural fue censurado por los desnudos, por el tema de la diversidad sexual y porque la sociedad chilena heredera del fascismo sigue sin reconocer la lucha de Gabriela Mistral sobre los derechos de la mujer y la educación pública y gratuita. El mural fue mutilado por un grupo ultraderechista y luego destruido junto a la pieza contigua del maestro Robinson Avello, de la Brigada Ramona Parra
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La Corporación Pilmaiquén (organización civil creada en Osorno en 2015 para la defensa y la promoción de los derechos humanos, políticos, económicos y ambientales) informó que además de la denuncia pública de este acto de censura
a obras de arte, se iniciarán diversas acciones, incluso la presentación de los recursos judiciales pertinentes ante los tribunales de justicia, para defender estas obras y el trabajo de los artistas, realizadas en el contexto de un acto internacional de homenaje a nuestra poeta y maestra Gabriela Mistral, el cual contó con la participación de más de un centenar de artistas de una decena de países del continente, y con patrocinio y apoyo de varias instituciones y organizaciones chilenas, todas las cuales han sido ofendidas con este acto arbitrario y racionalmente inexplicable
Más allá del vandalismo
Por su parte, el Colegio de Profesores de Osorno, instancia de la que depende la Casa del Maestro, señaló en una declaración pública que “ante el atentado a nuestra institución, expresado en daño significativo al mural, hicimos la denuncia en la policía de investigaciones para encontrar a los culpables de tan deleznable accionar, situación de público conocimiento y de varios dirigentes nacionales quienes visitaron la sede para concordar el mejoramiento de la infraestructura de la sede, incluida la pintura total de la estructura exterior de la Casa del Maestro, proyecto de varios años.
“En el presente comunicado expresamos, con diáfana claridad, que jamás estuvo en nuestra intención ‘destruir’ una obra de arte, porque tenemos claro el valor artístico que conlleva, más aún porque tenía el sentido de la trayectoria de nuestra querida Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura 1945. En esta línea, los muralistas y artistas que trabajaron en tan hermosa obra tendrán las puertas abiertas para revivirlo en el tiempo real.
Queremos dejar en claro también que la reparación de la infraestructura y hermoseamiento de nuestra sede no fue una decisión unipersonal del presidente, sino un acuerdo del colectivo Colegio de Profesores, específicamente de su directorio, y dado a conocer en asamblea de consejos gremiales.
Sin embargo, durante la reunión virtual que se tuvo el 31 de agosto entre las autoridades chilenas y los muralistas Castellanos y Avello, se dijo que si bien se estaba de acuerdo en restituir el mural, no se podía fijar una fecha dada la contingencia sanitaria.
El pintor mexicano, quien es delegado para México del Movimiento Internacional de Muralistas, insistió en que la destrucción de los murales va más allá del delito de vandalismo hecho por un grupúsculo de delincuentes que mutilaron la obra. Un crimen no justifica otro crimen y la destrucción de un patrimonio artístico perteneciente al profesorado y al pueblo de Osorno, Chile, es más grave viniendo de una institución de prestigio indiscutible, como el Colegio de Profesores, representativo de toda una comunidad de docentes que tiene en sus manos la formación de ciudadanos libres, respetuosos y dignos, herencia indiscutible de las enseñanzas de profesores y profesoras como la maestra Gabriela Mistral
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