Para las mujeres, el teletrabajo, en general, está suponiendo una doble carga, por lo que éste no puede considerarse como una medida de conciliación entre la jornada laboral y el trabajo de cuidados, señaló Irene Montero Gil, ministra de Igualdad de España.
En el conversatorio digital “Tiempos privados, problemas públicos”, organizado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), expuso que incluso para las mujeres que están en situación de violencia, el empleo en casa puede ser un componente de riesgo, además de que las brechas de género se abren en el mundo del trabajo cuando ellas no están presentes físicamente.
Montero Gil destacó que derivado de la pandemia de Covid-19 las brechas de desigualdad laboral están creciendo. Señaló que muchos de los sectores económicos que van a tardar más tiempo en recuperarse están feminizados.
De igual manera, resaltó que más allá de desarrollar políticas públicas dirigidas a combatir las limitaciones que impiden el ascenso laboral de las mujeres, lo que se conoce como techo de cristal, se requieren acciones para hacer frente a las dificultades que tienen las féminas para abandonar la esfera privada, lo que se conoce como suelo pegajoso.
“El eje de la representación no basta, si sólo rompemos techos de cristal estamos olvidándonos que la mayoría de las mujeres están fregando los suelos y sin poder despegarse, lo que las condena a mayores niveles de violencia estructural y de violencias machistas, de pobreza”, dijo.
La presidenta del Inmujeres, Nadine Gasman, señaló que la pandemia de Covid-19 ha obligado a gran parte de la población a trasladar sus vidas públicas al espacio privado, donde se han concentrado actividades de cuidado, educación, trabajo remunerado y no remunerado, entre muchas otras, siendo las mujeres quienes han asumido la mayoría de las labores extras.
Indicó que de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México alrededor de 6 de cada 10 mujeres han sido responsables del trabajo doméstico y de cuidados durante el confinamiento, frente a 4 de cada 10 hombres.
En su turno, Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina, expuso que de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en promedio mundial, las mujeres realizan tres horas diarias de trabajo remunerado y 4.4 horas de labores de cuidados no remuneradas, mientras que los hombres suman 5.4 y 1.4 horas, respectivamente. En Argentina, añadió, “se triplica, son seis horas de trabajo de cuidado de las mujeres por dos de los varones”.