Río de Janeiro. Un incendio forestal ha ingresado a un parque estatal de Brasil conocido por su gran población de jaguares y está siendo combatido por bomberos, ambientalistas y hacendados en los humedales más grandes del mundo.
El fuego había rodeado el parque Encontro das Aguas (Encuentro de aguas) en Pantanal, ubicado en los límites de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, pero los ríos ayudaron a mantener a las llamas a raya. Sin embargo, a fin de cuentas lograron avanzar y llevan más de una semana causando estragos. No hay muchas perspectivas de que llueva pronto y eso ayude a combatir el fuego, según la portavoz del departamento de bomberos de Mato Grosso, la teniente coronel Sheila Sebalhos.
“El pronóstico no es bueno”, dijo en una entrevista telefónica desde la capital estatal, Cuiabá, después de pasar semanas en la zona de los incendios. “La fuerte velocidad de esos vientos que cambian de dirección varias veces al día está favoreciendo la rápida propagación (de las llamas)”.
Unos 200 jaguares ya han resultado heridos, han muerto o se han visto obligados a desplazarse a causa de los incendios, según Panthera, una organización internacional de conservación de felinos silvestres.
El Pantanal es hogar de miles de especies de plantas y animales, incluyendo a 159 de mamíferos, y los jaguares abundan allí, según el grupo ambientalista WWF. Durante la temporada húmeda, los ríos se desbordan, por lo que únicamente se puede acceder a la mayor parte de la región en bote o en avión. En la temporada seca, los entusiastas de la vida silvestre viajan al lugar para ver a estos felinos, usualmente furtivos, mientras descansan a un costado del río, junto a las guacamayas, los caimanes y los capibaras.
El parque Encontro das Aguas, que abarca más de 1.000 kilómetros cuadrados (más de 400 millas cuadradas), es único en el sentido de que los jaguares están acostumbrados a la presencia de los seres humanos. Han sido una importante atracción ecoturística durante más de 15 años, según Fernando Tortato, un científico ambientalista de Panthera, que tiene una propiedad en la zona en la que los jaguares rondan.
Incluso antes de que comenzaran los incendios, empleados y voluntarios utilizaron dos excavadoras en terrenos de Panthera para crear una zanja contra llamas en los perímetros. Desde que se presentaron los incendios, el grupo ha monitoreado los cambios en la dirección de los vientos con el fin de construir nuevas zanjas y evitar la devastación.
“Preparamos al equipo, un camión cisterna, palas contra incendios y bombas de agua portátiles para que, en caso de que las llamas superen las barreras, podamos combatirlas”, dijo Tortato vía telefónica desde los terrenos de Panthera. “Es la única estrategia que ha funcionado para encontrar una solución, en algunas situaciones”.
A pesar de los incansables esfuerzos, aproximadamente el 15% de la propiedad de Panthera ya ha sido consumida por el fuego, declaró.
El Pantanal se ubica principalmente en Brasil y se extiende a Bolivia y Paraguay. Si bien a menudo los hacendados de la Amazonía utilizan el fuego para desmontar tierras y abrir nuevos campos de pastoreo, por lo general no se tiene la intención de generar incendios en el Pantanal. Los locales prenden el fuego y se les sale de control debido a las condiciones climáticas, de acuerdo con Felipe Dias, director ejecutivo del grupo ambiental SOS Pantanal.
Una de las causas en los incendios de este año en la zona fue el uso de raíces encendidas para ahuyentar con humo a las abejas de sus colmenas y facilitar la extracción de miel, declaró Sebalhos.