Ciudad de México. La vida de Clara Luz Flores Carrales ha sido una sucesión de decisiones difíciles y complejas.
Por convicción y por necesidad, la alcaldesa de Escobedo, Nuevo León, resolvió mantenerse en el cargo, no obstante los 11 atentados en su contra; porfió hasta lograr una nueva y original estructura de seguridad municipal; siguió adelante con el ejercicio de su maternidad en medio de su gestión y finalmente rompió con el PRI, partido al cual perteneció más de 20 años.
Considerada posible candidata a la gubernatura en los comicios de 2021, y hasta el momento sin afiliación partidista, Flores Carrales adelanta un perfil de afinidad: tengo muchos amigos en el gobierno federal a partir de mi trabajo. Me gusta el planteamiento de Morena de honestidad, combate a la corrupción y contra los abusos y privilegios
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Pero enseguida hace una acotación sobre si llegará a postularse: No puedo decirlo en este momento, porque jurídicamente podría ser descalificada. Para mí, como para muchos, sería un honor gobernar Nuevo León. Creo que puedo trasladar todo el conocimiento y el esfuerzo realizado en Escobedo, porque es momento de recobrar los valores de trabajo y arraigo que distingue a los nuevoleoneses. Espero, en el tiempo legal, tomar una decisión a partir del 7 de octubre, cuando inicia aquí el año electoral
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Primero de 2009 a 2012, y luego de 2015 a la fecha como alcaldesa de Escobedo, Clara Luz ha lanzado el proyecto de la Policía de Proximidad (Proxpol) con el fin de garantizar la seguridad y disminuir la violencia a partir de la prevención, la investigación y la persecución de los delitos, con atención especial en la protección de las mujeres.
Si la policía trabaja realmente para los ciudadanos, es profesional, está dignificada y se sabe una autoridad respetada, eso logrará la transformación de la seguridad en el país. Antes de poner en marcha el modelo, en Escobedo se robaban unos 300 automóviles al mes, y hoy 15, cuando mucho
, expone.
“Claro, el delito cambia porque también lo hace la sociedad, y la policía debe hacerlo también. Instalamos un centro de seguimiento, análisis e investigación donde tenemos todos los datos, desde 2009, del comportamiento del delito. No nos basamos en los índices estatales porque estos se construyen con base en las denuncias, y ahí existe una gran cifra negra de cerca de 91 por ciento en el país.
La Proxpol, como policía municipal, sabe dónde pasa todo en materia de delincuencia menor y ahí debe actuar, y a su vez, las fiscalías (estatal y federal) proceder contra los delitos de mediano y mayor calados. Si cada quien nos dedicáramos a realizar nuestra labor no tendríamos los problemas que hay en el país
en materia de seguridad.
En la entrevista con La Jornada, se advierte su evidente entusiasmo al detallar hasta lo mínimo cómo se ha organizado, a partir de sectores, la tarea de seguridad en Escobedo, los resultados obtenidos, la transformación de la policía, la procuración de justicia y la atención a las víctimas.
Para esto último muestra un tipo de reloj que ha distribuido a partir de la pandemia de Covid-19 a mujeres en riesgo mayúsculo de ser agredidas, que en realidad es una alarma ante cualquier peligro para recibir auxilio inmediato.
“Pretendemos en todos los casos –y así entiendo también el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro– ir a la raíz del problema, eliminar la fábrica de delincuentes y que los muchachos, que primero se pelean en la calle o te roban el celular, y luego irán escalando en esas actividades, sean ubicados a tiempo y les demos oportunidades, becas, casa, estudios y terapias para cambiar su realidad. Les damos seguimiento y hemos logrado sacar a muchos de ese ambiente...”
Más adelante, la conversación regresa a la política. Nací en el PRI; ahí conocí a mi marido. Siempre creí que desde ahí podría ayudar a la gente, pero tuve algunos problemas; no me dejaban ser, sobre todo en una época donde los priístas creían que sólo por serlo tenían la garantía de triunfo. Yo les decía que no, que en Escobedo la gente mayoritariamente dejaría de ser del PRI cuando se hiciera mal el trabajo, y surgieron las divergencias
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