Nueva York. Donald Trump busca imponer al anticastrista y promotor de la política de cambio de régimen en el hemisferio, Mauricio Claver-Carone, como el próximo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), no sólo rompiendo así con la tradición de otorgar ese puesto a un latinoamericano, sino –según críticos– colocando la dirección de esa entidad hemisférica al servicio de un sector ultraconservador estadunidense.
Algunos países que antes preferían postergar la elección hasta después de los comicios estadunidenses tienen que decidir ahora –en las próximas 48 horas– si dejarán proceder la elección programada para este 12 y 13 de septiembre, vía sesión virtual de la reunión de la junta de gobernadores, y con ello permitir el triunfo de Claver- Carone y Trump en el BID.
Claver-Carone actualmente es el director del Consejo Nacional de Seguridad para el hemisferio occidental y ha sido un prominente promotor del embargo contra Cuba y uno de los principales estrategas en el diseño de política para buscar un cambio de régimen en la isla y en Venezuela.
La nominación ha provocado un intenso debate tanto en el circuito político de Washington como a nivel hemisférico sobre una elección que casi nunca atrae gran atención. La decisión de la Casa Blanca de romper con la tradición impuesta desde 1959 (año de la fundación del BID) para imponer un estadunidense en el puesto, ha generado fricciones e incomodidad diplomática en la región, así como una fuerte oposición dentro de la cúpula política estadunidense.
En Washington, el influyente senador demócrata Patrick Leahy, el ex secretario de Estado republicano George Shultz, la ex representante de comercio de Estados Unidos Carla Hills y el ex presidente del Banco Mundial Robert Zoellick, se pronunciaron en favor de postergar el voto hasta después de los comicios federales de Estados Unidos del 3 de noviembre por el bien de la institución.
En junio, Leahy, vicepresidente del Comité de Apropiaciones del Senado, declaró en el Congreso que Claver-Carone “es el nominado equivocado” para generar apoyo para el BID, criticando que el candidato ha sido “un arquitecto de las políticas más ideológicamente impulsadas hacia América Latina del presidente Trump”, las cuales han “complicado nuestras relaciones con amigos y aliados”.
En la región, la nominación de Claver-Carone también ha creado divisiones, con aliados del gobierno de Trump como Brasil y Colombia apoyando, mientras México, Argentina, Chile, Costa Rica, y algunos socios de la Unión Europea, entre otros, indican su preferencia por postergar la elección hasta el próximo año.
Los que favorecen postergar la elección del líder del BID no cuentan con los votos (se requiere una simple mayoría) para lograr aprobar tal medida en esta reunión. Por tanto, sólo existe una opción para evitar por ahora el triunfo de Washington: no presentarse.
La junta de gobernadores de los 48 países miembros requiere un 75 por ciento de los votos presentes (cada socio tiene votos relacionados con su aportación) para lograr el quorum necesario y con ello proceder con la reunión. Por ello, afirman opositores a la maniobra de Trump, tal vez la única manera de evitar la elección es que algunos de los países que se pronunciaron por postergar la elección, incluyendo México, no se presenten este fin de semana.
Sin embargo, fuentes diplomáticas han indicado que por ahora los promotores de postergar la elección no han logrado reunir el 25.1 por ciento del voto necesario para evitar el quorum, reportó Reuters este miércoles.
Para ganar la eleccion, un candidato requiere tanto una mayoría del poder de voto de los países miembros y el apoyo de por lo menos 15 de los 26 países miembros de la región.
El BID, cuya sede está en Washington, cuenta con 2 mil empleados, 48 países miembros de los cuales 26 son miembros prestatarios y distribuye aproximadamente 13 mil millones de dólares anuales en préstamos.