La contaminación del aire constituye el mayor riesgo ambiental para la salud humana y es una de las principales causas evitables de muerte y enfermedad, en el mundo alrededor de 7 millones de personas mueren prematuramente cada año. Hay nueve de diez personas que respiran aire sucio, indica el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Se estima que por esa causa fallecen unos 42 mil mexicanos anualmente.
Durante el foro organizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) Día Internacional del aire limpio, por un cielo azul, Víctor Hugo Páramo, titular de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), dijo que se ha encontrado que los contaminantes alteran de manera importante la respuesta del sistema inmunológico de las personas, quienes viven en ciudades tienen alta probabilidad de fallecer por virus, como el covid-19.
Indicó que la calidad del aire en zonas de los seis estados (ciudad de México, estado de México, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos) integrados a esta instancia no cumple la norma. Dijo que las partículas PM10 se cumplieron en menos del 50 por ciento de las ciudades, las finas sólo en uno de 11 sistemas y las de ozono en 4 de 18 sistemas.
Destacó que en la jornada de sana distancia se modificó la calidad del aire en la región, ocurrió en el periodo de la temporada de ozono en el Valle de México, para la cual se preveían hasta 12 episodios de contingencia, pero por la pandemia y la reducción del 75 por ciento del transito vehicular, no se presentaron.
A su vez, Amparo Martínez directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático señaló que en el aire se reflejan todas las actividades así como las zonas de inequidad, y con la relación de diferentes niveles de gobierno, organizaciones, y otras instancias se debe fortalecer el monitoreo atmosférico en zonas urbanas y rurales, en áreas naturales protegidas.
Federico Vázquez, experto en Salud Pública de la Organización Panamericana de la Salud se refirió a que la contaminación tiene efectos diferenciados, afecta a sectores más expuestos: guardias de transito, población que está en las calles o zonas de alta contaminación, así como a quienes viven cerca de zonas industriales y áreas rurales donde la gente sigue usando leña y carbón para cocinar. Por su parte, Ruy López Ridaura de la Secretaría de Salud, se refirió a que el problema tiene impacto en mortalidad prematura, tiene incidencia de enfermedades crónicas y en enfermedades infecciosas que se pueden empeorar por una atmósfera altamente contaminada.
