Ciudad de México. La Asociación Mexicana de Venta Online, a través de un estudio, dio a conocer que 5 de cada 10 consumidores están realizando sus compras a través de internet, por lo que la consultora IDC ha informado que se espera un crecimiento histórico del 60% para el comercio electrónico en nuestro país, a partir de la pandemia por COVID-19.
Dicho fenómeno se debió al confinamiento de las personas, por lo que este cambio en los modelos tradicionales de compra-venta son un nicho de oportunidad para que las empresas transportistas aprovechen esta evolución en los negocios y capitalicen el conocido servicio de última milla.
Ante esta oportunidad, la mayoría de los transportistas no cuentan con la solvencia para realizar inversiones en equipo, personal, y en este momento la crisis del flujo de efectivo ha golpeado su liquidez, por lo que es necesario echar mano de herramientas financieras que permitan reactivar sus operaciones durante este periodo.
El leasing o arrendamiento es conocido como un instrumento que permite la adquisición de equipo de transporte sin descapitalizar a la empresa, accediendo a un amplio catálogo de oportunidades que se traducen en beneficios para las compañías, entre los que destacan pagos iniciales bajos, la deducibilidad de la renta, y en servicios que pueden incluirse como monitoreo y rastreo satelital de los vehículos, administración del mantenimiento, seguros y administración de flotas.
“La experiencia del cliente se convertirá en el principal diferenciador de este tipo de entregas, pues la capacidad para cubrir la demanda en el menor tiempo posible jugará un papel importante en la fidelidad del mismo, además, el uso de los servicios de valor agregado amplificará la capacidad de atención y retención de clientes potenciales”, dijo Alejandro Duk, director de TIP Auto.
Ante la crisis se han generado diversos retos de logística al momento de hacer llegar el producto al consumidor final, debido a que el gran incremento en la demanda ha rebasado la capacidad de entrega de las empresas.
Los cambios incentivados por la pandemia enumeran la capacidad de adaptación, donde la especialización de los negocios, incentivado por un esquema de arrendamiento, democratizará la adquisición de vehículos y nuevas tecnologías que mejorarán las ventajas competitivas de las empresas, al tiempo que echan mano de los servicios de valor agregado que acompañan al leasing vehicular.