Ciudad de México. De las cerca de 15 personas que el miércoles en la tarde decidieron no salir del edificio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ubicado en el Centro Histórico, en exigencia de que los abusos que han sufrido se investiguen adecuadamente, sólo queda una manifestante, en espera de que las autoridades se comprometan a atenderla.
La única persona que en este momento se encuentra en el inmueble de República de Cuba número 60 es la señora Silvia Castillo Hernández, madre de Alan Ibarra Castillo, asesinado en 2019 en San Luis Potosí, señaló en entrevista con La Jornada Ana María Maldonado, una de las manifestantes que participó en las primeras horas de la protesta.
Con Castillo se encontraban Roberto Coello y Marcela Alemán, padres de una niña que fue abusada sexualmente en 2017 también en el estado de San Luis Potosí, pero ambos aceptaron salir del edificio la noche del jueves, tras llegar a un acuerdo con las autoridades sobre la atención que recibirán sus demandas.
Este diario trató de contactar directamente a ambos para confirmar su salida y la naturaleza del acuerdo alcanzado, pero hasta el momento ninguno de ellos ha tomado la llamada.
“Sólo se quedó la señora Silvia y no se piensa retirar hasta que la den pronta solución a sus peticiones. Más tarde nos reuniremos todos, ya sea en la CNDH o en el edificio de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, donde hemos estado en plantón desde febrero, para ver cuáles fueron los acuerdos” alcanzados en cada caso individual”, indicó Maldonado.
Con respecto a la huelga de hambre que habría iniciado Silvia Castillo desde el jueves en la tarde, Maldonado indicó que el resto de las personas inconformes que se quedaron en la CNDH trataron de disuadirla de continuar con esa protesta, debido a los problemas de salud que la mujer ya tiene.
“Ella tiene muchas enfermedades delicadas, como problemas del corazón, y no le permitimos que se ponga en huelga de hambre, por las condiciones en las que está. Nosotros le insistimos para que coma. No le puedo decir con certeza (si Castillo persistía en el ayuno), porque yo me salí antes y me tuvieron que llevar con un doctor”, subrayó.
Maldonado indicó que, en el caso de la desaparición de su hijo Carlos Palomares, ocurrida el 22 de septiembre de 2010 en la Ciudad de México, su exigencia a las autoridades es que la auxilien a llevar el expediente a la justicia interamericana, luego de haber agotado todas las instancias locales de justicia.
Por su parte, la activista Mónica Esmeralda Caballero, integrante del colectivo feminista Ni Una Menos México, señaló que las instalaciones de la CNDH no se van a liberar hasta que su satisfagan por completo todas las demandas de todas las personas que decidieron quedarse en el edificio.