Islamabad. Miles de manifestantes protestaron este viernes en varias ciudades de Pakistán contra Charlie Hebdo y Francia, después de que el semanario satírico publicara de nuevo esta semana las caricaturas de Mahoma que lo convirtieron en el blanco de los yihadistas en enero de 2015.
"Estamos dispuestos a sacrificar nuestra vida por la santidad del profeta", "Expulsen al embajador francés" o "Boicoteen los productos franceses", se podía leer en las pancartas durante una marcha en la ciudad de Rawalpindi, junto a la capital Islamabad.
"Debemos enviar un mensaje fuerte a los franceses de que no se tolerará esta falta de respeto hacia nuestro querido profeta", lanzó Muhammad Ansari, un participante en la protesta de Lahore (este), organizada por el partido extremista Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP), cuya lucha contra la blasfemia es la principal arma política.
Por el momento no se registró ningún altercado durante estas manifestaciones, que tuvieron lugar tras la oración del viernes. En 2015, un fotógorafo de la Afp resultó gravemente herido de bala frente al consulado de Francia en Karachi (sur).
La embajada de Francia en Pakistán pidió a sus ciudadanos "permanecer al margen de cualquier concentración" y "evitar cualquier desplazamiento" este viernes.
La blasfemia es un asunto delicado en Pakistán, segundo país musulmán más poblado con cerca de 220 millones de habitantes, donde incluso acusaciones no probadas de ofensa al islam pueden provocar asesinatos y linchamientos.
El juicio del atentado yihadista contra Charlie Hebdo, que causó 12 muertos el 7 de enero de 2015, seguido de ataques contra un supermercado de productos kósher y en los que una policía fue abatida en un suburbio de la capital francesa, comenzó el miércoles en París.
La revista decidió volver a publicar las caricaturas del profeta Mahoma por las que fue blanco del atentado y que provocaron manifestaciones en varios países musulmanes.
La representación de los profetas es estrictamente prohibida por el islam sunita. Ridiculizar o insultar a Mahoma puede acarrear la pena de muerte en algunos países musulmanes, entre ellos Pakistán.