Ciudad de México. El embajador de Palestina en México, Mohamed Saadat, expuso que aún se espera el reconocimiento de México al Estado Palestino, y “es la pregunta que siempre estamos haciendo, y siempre pedimos de México, del gobierno amigo, que tome una decisión de reconocimiento al Estado de Palestina. Nosotros esperamos que México pueda tomar una decisión pronto, porque se trata de una causa de carácter mundial. Se trata de una causa de justicia, de paz.”
A la fecha, sólo Panamá y México, son los únicos países en América Latina que no han reconocido a Palestina como nación. El diplomático, cuidadoso en su exposición en el conversatorio organizado por el grupo de amistad México-Palestina de la Cámara de Diputados, adujo que “el mejor mensaje para frenar las políticas de Israel, que viola el derecho internacional, es el reconocimiento al Estado de Palestina. Nosotros tenemos relaciones buenas con México y hay una gran solidaridad de la sociedad mexicana con la causa Palestina. Esta es la pregunta que todo mundo se está haciendo, se debe tomar una decisión de reconocimiento.”
La historiadora, Ara Galán, emitió un llamado a no hacer más grande la inmoral ocupación en Palestina. “La situación en el pueblo palestino es muy grave. Y nuestra campaña, desde la Coordinadora de Solidaridad con Palestina en México, la cara de normalidad (la ocupación del territorio palestino- no puede ser posible, es inmoral, llamamos a un boicot económico, político, cultural y deportivo. Nosotros no promovemos un discurso racista ni antisemita.
“Que se termine con la construcción de los muros en Gaza y Palestina, pedimos a Cemex -que es la cementera mexicana, que en tres plantas produce el cemento utilizado para levantar los muros- y al gobierno mexicano que no se siga produciendo.
Por su parte, Rafael Araya, endureció el tono porque “podemos decir sin duda que Palestina está sometida a un régimen de apartheid, cuando hablamos de la detención de niños palestinos el mensaje es para los padres `váyanse de estas tierras´, el gobierno israelí ha creado un sistema de segregación étnica y religiosa. Nos enfrentamos ante un Estado israelí que no acepta a los ciudadanos palestinos.
“El racismo está ligado a la promulgación de la ley del Estado judío. La solución posible pasa por la capacidad coercitiva que la comunidad internacional que causo el problema, pueda presión al Estado israelí. El proceso de degradación de la sociedad israelí para negar el precepto de la otredad, ha servido para que el gobierno de ese país dé marcha atrás en el proceso de invasión. Palestina merece justicia y paz”.