Kenosha. Presentándose como un unificador de un Estados Unidos en carne viva, el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, se reunió el jueves con familiares de Jacob Blake, un joven negro gravemente herido por la policía, al visitar Wisconsin, un estado clave para las elecciones de noviembre.
El ex vicepresidente y su esposa, Jill Biden, estuvieron una hora con la familia del afroestadunidense de 29 años que recibió siete disparos a quemarropa de un policía blanco, frente a sus hijos, el 23 de agosto en Kenosha, a orillas del Lago Michigan.
El incidente, grabado en video por un transeúnte, reavivó el movimiento de protesta contra el racismo y la brutalidad policial que ha sacudido a Estados Unidos desde mayo, y degeneró en tres noches de disturbios en esa ciudad de 100.000 habitantes.
El presidente Donald Trump, rival republicano de Biden en las elecciones del 3 de noviembre, visitó Kenosha el martes, pero sin reunirse con la familia de Blake, y ni siquiera pronunciar su nombre.
Apenas descendieron del avión en Milwaukee, la ciudad más grande de Wisconsin, los Biden se encontraron con la familia Blake, acompañados de sus abogados.
Los periodistas no pudieron asistir a la reunión y Biden no respondió a las preguntas que le hicieron en la pista.
Según su equipo de campaña, el ex vicepresidente de Barack Obama habló en persona con el padre, dos hermanas y un hermano de Blake, quien se encuentra hospitalizado y paralizado de la cintura para abajo. Su madre asistió a la reunión vía telefónica.
¿El propósito de su visita? "Unir a la gente (...) ser una influencia positiva", dijo Biden en una conferencia de prensa el miércoles.
"Hay que curar las heridas", señaló el demócrata, que denuncia sin tregua el "racismo institucional" a la par que rechaza la violencia en las manifestaciones.
Biden y su esposa prevén reunirse con residentes de Kenosha alrededor de las 14 horas (19 horas GMT) y luego harán otra parada en Wisconsin.