Magdalena Tlacotepec, Oax. A pesar de que el municipio de Magdalena Tlacotepec, en el Istmo de Tehuantepec, no ha registrado ningún caso de Covid-19, y aún cuando el estado a partir de este lunes pasó de naranja a amarillo en el semáforo de riesgo epidemiológico, las autoridades locales determinaron que las medidas sanitarias de prevención se mantendrán con rigidez en la localidad.
Este municipio istmeño rodeado de localidades que reportan alto contagio como Juchitán, a 31 kilómetros y Ciudad Ixtepec, a tan solo 15 minutos, se ha logrado mantener sin contagios de coronavirus gracias a las medidas estrictas que establecieron el ayuntamiento y los pobladores.
En el lugar se prohibieron las fiestas y reuniones, se impide desde marzo el ingreso al balneario Ojo de Agua Tlacotepec, que es uno de los favoritos y más concurridos de la zona, además de que en el acceso al municipio fue colocado un filtro sanitario.
Magdalena Tlacotepec cuenta con mil 300 habitantes que, según las autoridades locales, han seguido en su mayoría las recomendaciones del uso obligatorio de cubrebocas y evitar salir de sus casas a menos que sea para asuntos laborales y de comercio.
También se cancelaron las fiestas patronales en honor a la Santa Cruz en el mes de mayo y recientemente a la patrona de la localidad, Magdalena Tlacotepec.
“Aquí la gente sale únicamente para cuestiones laborales, tenemos mucha gente que viaja a la ciudad de Juchitán principalmente porque labora en empresas como la Comisión Federal de Electricidad, y otros hacen comercio, llevan productos de aquí para allá, pero siempre le decimos que se cuiden, que usen la mascarilla, que se lave las manos constantemente”, expresó el alcalde, Rodolfo Hernández de la Cruz.
Señaló que también se ha realizado la sanitización de espacios públicos de dos a tres veces por semana y diariamente a través de los altavoces comunitarios invita a los pobladores a seguir cuidándose para evitar la propagación del virus.
“Nuestro pueblo es muy pequeño, entonces un contagio que ingrese nos acabará, por eso es que nos cuidamos, porque no queremos que nuestros adultos mayores que sabemos es a quienes ha afectado más este virus se mueran por un descuido de todos nosotros”.
El médico responsable de la Unidad Médica Regional 450 del IMSS Bien”la gente sale poco, es solidaria y entiende las recomendaciones.
“Llevo un mes en esta localidad y me ha sorprendido que la gente ha entendido las medidas sanitarias, no lo niego, han llegado personas con gripe y tos, pero ninguna con la valoración del cuadro de este virus, entonces les doy el tratamiento y al paso de los días se recuperan, por lo que ni sospechosos ha habido, y eso es bueno”.
En los negocios locales, por cuenta propia, han establecido protocolos para evitar la propagación de este virus, explicó el señor Gilberto Gordillo, quien en su tienda y papelería pide a los clientes usar cubrebocas, gel antibacterial, además cuidar su sana distancia.
Doña Balbina Gómez, de 73 años de edad, expresó que solo sale a comprar la comida y sus tortillas, y que como adulta mayor, al ser de la población en riesgo es precavida.
“El presidente anuncia todos los días que nos cuidemos y que portemos la mascarilla, pues eso hacemos, aquí hay mucha gente que lo hace”, dijo.
Además de esta localidad istmeña, otros doce municipios de esta misma región oaxaqueña, se encuentran con cero casos de Covid-19, hasta este 31 de agosto.
Según datos de las autoridades de salud, la entidad registra 13 mil 574 casos confirmados y mil 270 defunciones por coronavirus desde que comenzó la pandemia.
Comerciantes afectados por cierre de ojo de agua
El ojo de agua de Tlacotepec, un afluente natural de esparcimiento en esta zona oaxaqueña, lleva más de 150 días cerrado por la emergencia sanitaria, por lo que más de 80 comerciantes fijos y ambulantes han resentido económicamente sus ingresos.
Audelina Díaz Torres vive a un costado de este centro recreativo natural y explicó que sus ventas han caído considerablemente por que no hay turismo, “nadie viene porque las autoridades decidieron cerrar para evitar la propagación de contagios”.
Ella está de acuerdo porque no quiere enfermarse, pero reconoce que la afectación económica es fuerte; en su tienda de abarrotes los productos han escaseado y por la falta de venta tampoco adquiere más, esperará hasta una nueva apertura.
Para sobrevivir vende pollos horneados, los prepara en su casa y los lleva a Ciudad Ixtepec donde los ofrece casa por casa, sólo así obtiene los ingresos para sobrevivir en compañía de su hijo menor.