Juchitán, Oax.- El amor por las iguanas nació de su clase de biología y actualmente tiene más de 100 ejemplares en cautiverio para una reproducción segura; José Francisco Sánchez, de 15 años de edad, se dedica a la conservación de este reptil, especialmente de la especie negra, que es endémica del Istmo de Tehuantepec, en donde se consume en demasía porque forma parte de la gastronomía tradicional.
La aventura surgió hace dos años en las aulas de la escuela secundaria general “Enedino Jiménez” en Juchitán, Oaxaca y actualmente continúa con la crianza de éstos animales bajo sus propios medios.
En esta zona, según datos del Foro Ecológico Juchiteco, todos los días se consume la iguana; diariamente 200 animales son destinados a este fin y en Semana Santa hasta unos 500.
Tras conocer estas cifras José Francisco se vio motivado a preservar esta especie y aunque con su proyecto no busca prohibir su consumo, pues asegura es algo imposible, porque la iguana forma parte de la gastronomía de los zapotecas al consumirse en guisado y tamales en época de Semana Santa, si intenta asegurar su reproducción.
“Aprendí a valorar a los animales desde que era un niño, en mi familia tengo un tío que también cría iguanas, y mi sueño es tener una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), y con ello poder legalizar esta acción, porque de lo contrario me las podrían decomisar y quién sabe a donde pararían las iguanas que con tanto sacrificio, paciencia y amor he criado a lo largo de estos 24 meses”.
La intención del adolescente solo es cuidar y reproducir más iguanas, pero desde el cautiverio, porque tienen mucha demanda entre los cazadores, en espacios libres. Explica que una vez que crezcan, las liberará en zonas seguras para que sigan su proceso de vida de forma natural.
Realizar este proyecto con sus propios medios económicos no ha sido fácil, por lo que cuenta con una red de apoyo de amigos y familiares.
De sus ahorros compra tablas y malla para elaborar jaulas, además de recipientes y toda una estructura para que las iguanas se desarrollen en un ambiente óptimo que les permita reproducirse.
Por medio del internet y las redes sociales busca información sobre la alimentación y los cuidados de dichos animales, pero su sueño es convertirse en herpetólogo.
Entre sus planes está conseguir el permiso de UMA y continuar preparándose hasta terminar la carrera porque ha encontrado en las iguanas el amor por la naturaleza y se ha hecho conciente de que puede contribuir con el planeta.